Todos cometemos errores, unos más “livianos” sin mayores consecuencias. Otros son actos que causan muchísimo daño a todos los demás. Tenemos una cobertura muy especial: el cuerpo físico, que no “muestra” nuestros errores.
Por ejemplo, uno miente, roba, fornica, agrede, asesina o da órdenes de hacerlo, y hemos comprobado lo difícil que es encontrar las evidencias de quién lo hizo. El daño se ha hecho. ¿A dónde se fue la intención, el error en sí? Lo llamamos “pecado”.
¿Dónde está? ¿Quién se lo llevó? El ejecutor puede pasar por inocente hasta que se logre «evidencia de su participación». Pero algo o alguien lo absorbió.
¿Quién? DIABLOS Y DEMONIOS. Se han alimentado de todos los pecados de todos los seres vivos, desde el principio de la creación. Todos los secretos, los crímenes, la lujuria y las consecuencias que reciben las víctimas, sin justicia, están dentro de cada ser que lo haya hecho.
LA JUSTICIA DIVINA nos ha dado todas las oportunidades para aprender a SER HUMANOS CONSCIENTES que podamos CORREGIR VOLUNTARIAMENTE. Pero nosotros, en nuestra propia realidad, nos sentimos protegidos de que los demás nos descubran.
Así que un «regalo del Creador» lo convertimos en una tapadera, lo que significa que «alimentamos a seres que no conocían de PERDÓN, que tenían una “misión” que ellos creyeron que era CASTIGO DIVINO, la CONDENACIÓN ETERNA.
Hasta que llegó IMPEZÁ, el PERDÓN de PADREMADRE CREADOR para todos, sin límites. Encontramos que los diablos y demonios también son creados y sostenidos vivos en una dimensión diferente a la nuestra, pero que se alimentan de los pecados ajenos.
Les entregamos la esferita de Impezaperdón con todos los rayos y ayudas para su sanación. Y DESPERTARON de su inconsciencia y olvido, entendieron que también son HIJOS de DIOS y que estaban cumpliendo una misión, que contenían en su interior todos los pecados de todos los seres humanos que hemos existido desde que se manifiesta la vida en el planeta tierra. Empezaron a devolver su contenido ajeno.
Cada ser, desde el primero hasta el último, que ha vivido en el planeta tierra, recibe sus propios pecados para sanarlos. Así que cada ser que “murió” y estaba viviendo en su infierno, dentro de los demonios que alimentó con sus intenciones y comportamiento, se empieza a DESPERTAR de su sueño inconsciente, les tocamos la campanita del despertar y les ayudamos con la esferita de Impezaperdón con todos los rayos y ayudas para su sanación, se les recuerda que son HIJO DE DIOS, PADREMADRE CREADOR.
Que lo conoce, lo entiende, lo PERDONA y espera que limpie con Impezaperdón todos sus pecados y sus consecuencias en todos los seres que se vieron afectados por sus errores. Así que el «muertecito» para sanarse a sí mismo, va a compartir IMPEZAPERDÓN con todos los seres vivos sin cuerpo, a los vivos con cuerpo físico actual, y les entrega la esferita de Impezaperdón.
Pide PERDÓN, les PERDONA, a quienes le causaron daño. Se PERDONA a sí mismo y aprende de sus elecciones, lecciones, lecciones, errores, miedos y culpas. Se siente PERDONADO por Dios PadreMadre Creador.
Es lo que significa la RESURRECCIÓN DE LOS MUERTOS. Lo estamos haciendo voluntariamente, porque aprendimos que la humanidad es mucho más que seres, haciéndonos daño unos a otros, creyendo que teníamos la razón. Lo único que nos ha movido a entender el proceso es LA NECESIDAD DEL PERDÓN, que lo pedimos a DIOS, PERDÓN para toda la humanidad.
Y encontramos que todos estamos “conectados” a LA VIDA. Y la VIDA no es propia, solo PERTENECEMOS a la VIDA. LA VIDA es permanente, desde la Creación hasta nuestras consecuencias de alimentar, sin saberlo, los diablos y demonios que considerábamos nuestros enemigos, pero son en realidad, nuestra oportunidad de recuperar la CONCIENCIA de que todo lo que significa ser seres VIVOS ESPIRITUALES viviendo una experiencia de aprender en un mundo hermoso y muy coherente y COMPASIVO con nuestro olvido.
Lo que estamos viviendo actualmente es «VER» en seres humanos inconscientes de su participación, todos los errores de la humanidad de todos los tiempos, en vivo y totalmente visibles, para mostrarnos lo que necesitamos superar y sanar a nivel individual y también colectivo.
LA COMPASIÓN es abrir el entendimiento para compartir PERDÓN por nuestros pecados. Todos, absolutamente todos, tenemos derecho a Impezaperdón.





