La dictadura de Daniel Ortega, presentó reformas a la Constitución, obteniendo ahora el control absoluto de los poderes: judicial, electoral y legislativo.
Sobre esta decisión, la Organización de las Naciones Unidas (ONU) lo tildó de «Sentencia de muerte al Estado de Derecho y libertades fundamentales».
El martes, 28 de enero, la Asamblea Nacional del país centroamericano, aprobó por unanimidad la reforma a la carta magna, otorgándole el derecho a la Presidencia de integrar a dos copresidentes , los cuales deben cumplir con los requisitos, de tener únicamente nacionalidad nicaragüense, no haber sido declarado «traidor a la Patria», así como también, haber vivido 6 años consecutivos en Nicaragua, previo a la elección. Tampoco podrán optar al cargo de opositores excarcelados, desterrados o desnacionalizados.
Otra de las reformas aprobadas fue, ampliar el periodo presidencial de 5 a 6 años.
Asimismo, se aprobó una ley que le otorga a la Presidencia el control de manejar el poder legislativo, electoral y judicial, el ejecutivo también podrá escoger a los magistrados electorales y judiciales.
Esto no es todo, el dictador Daniel Ortega, también se cercioró, de tener el poder de manejar la Jefatura Suprema del Ejército de Nicaragua, la Policía Nacional y el Ministerio del Interior.
Con estas reformas, sumadas a las ejecutadas en el 2007 donde Ortega se aseguró de volver una ley la reelección presidencial sin limites, se catapultó de nuevo evo como un hostigante dictador.
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