La resistencia a los antimicrobianos (RAM) se ha convertido en una de las mayores amenazas para la salud pública mundial. Bacterias, virus, hongos y parásitos están evolucionando y dejando de responder a los medicamentos diseñados para combatirlos, lo que provoca infecciones más difíciles de tratar, mayor riesgo de complicaciones y un aumento significativo de la mortalidad.
Este fenómeno ocurre, principalmente, por el uso inadecuado o excesivo de antibióticos y otros antimicrobianos, lo que acelera la capacidad de los microorganismos para desarrollar mecanismos de defensa frente a estos tratamientos. Cuando aparece la farmacorresistencia, los medicamentos dejan de funcionar y enfermedades que eran controlables vuelven a convertirse en amenazas graves.
Un desafío global con una respuesta internacional
Consciente de la magnitud del problema, ya en 2015 la Asamblea Mundial de la Salud había aprobado un Plan de Acción Mundial para enfrentar la creciente resistencia antimicrobiana. Uno de sus pilares es el fortalecimiento de la educación, la comunicación y la formación de la población y los profesionales de la salud, con el fin de mejorar la comprensión del fenómeno y promover prácticas adecuadas para prevenirlo.
En este marco se celebra cada año la Semana Mundial de Concientización sobre la RAM, una campaña internacional que busca aumentar el conocimiento ciudadano y al mismo tiempo impulsar acciones coordinadas bajo el enfoque de Una Sola Salud, que integra los sectores humano, animal y ambiental, impulsada por las Naciones Unidas a través de la OMS.
Los antibióticos están perdiendo eficacia
La Organización Mundial de la Salud advierte que los antibióticos, uno de los mayores avances de la medicina moderna, están dejando de funcionar. Cuando se usan sin supervisión médica, de forma interrumpida o para tratar enfermedades que no los requieren, se acelera la aparición de bacterias resistentes.
En este sentido, las autoridades sanitarias remarcan un mensaje clave, los antibióticos no curan infecciones virales como la gripe o el resfriado.
Usarlos sin necesidad no solo es ineficaz, sino que pone en riesgo la salud colectiva.
Qué puede hacer la ciudadanía
Los especialistas recomiendan seguir prácticas básicas para reducir el avance de la resistencia antimicrobiana como el tomar antibióticos solo bajo prescripción médica, completar los tratamientos según la indicación del profesional, evitar la automedicación, no exigir antibióticos cuando el médico determina que no son necesarios y mantener hábitos de higiene que prevengan infecciones.
La Semana Mundial de Concienciación sobre la RAM busca recordar que, si no se actúa con responsabilidad hoy, el mundo podría enfrentarse a un futuro en el que infecciones comunes vuelvan a ser mortales. La preservación de la eficacia de los antimicrobianos es un compromiso compartido entre ciudadanos, profesionales de la salud y autoridades.




