Nuevamente, Atlético Nacional es Campeón, en dos meses disputó tres finales y ganó las tres. Aunque este título frente a Bucaramanga tiene un sabor agridulce por la calidad del juego y lo planteado por el nuevo orientador, Javier Gandolfi, para la estadística esto poco o nada importa, pues el club conquistó hoy su título número 36 sumando todas las competiciones nacionales e internacionales.
Del equipo de fútbol vistoso de Efráin Juárez, Nacional pasó a un juego aburrido, lento y sin ideas, en pocas palabras, este equipo modelo 2025 no tiene el ADN que enamora al hincha. Tanto el partido de Ida como el de vuelta, tuvieron un factor común: El corte de juego por largos periodos: unas veces por faltas, otras por simulación y otras por lesión, pero el tiempo efectivo fue mínimo.
El único jugador que mostró algo diferente hoy, fue Marino Hinestroza. Su socio, Andrés Felipe Román estuvo más en función de defender, y esa yunta de los últimos metros del semestre pasado brilló por su ausencia.
Cuando Edwin Cardona no aparece en el juego, desde la banca no hay quien le haga la segunda, pues las directivas dejaron ir a Cepellini que era el recambió que salvó más de una vez los partidos. Gandolfí deberá trabajar y mucho si quiere completar su contrato a cabalidad, porque este título de súper liga no será suficiente para tener contenta a una afición de paladar exquisito. Hoy las papas, como se dice popularmente, las salvó «Chipi-Chipi» Castillo.