Por: Carlos Darío Córdoba
El pasado 10 de octubre se conmemoró el día Nacional del Colombiano Migrante. La importancia de la migración se sustenta en el creciente flujo de personas desde y hacia los países. La Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos -OCDE- ha puesto especial atención a este fenómeno y desde el 2000, viene recolectando información en su base de datos de migrantes de los países miembros (DIOC). A la fecha se han publicado cuatro censos de esta población. Los migrantes como individuos que viven en un país diferente al de su nacimiento, son hoy por hoy tema de recurrente discusión alrededor del mundo.
Esta información detallada, que históricamente ha sido escasa, resulta útil para determinar los aportes del éxodo al desempeño de los países. Entre los análisis se destaca que la población migrante mayor a 15 años de los países de la OCDE alcanzó en el censo de 2016, 120 millones; 78 millones más, que los reportados en el censo del 2000. Esto equivale al 54% de la migración global. Estados Unidos continúa siendo el principal receptor de migrantes con 46 millones, que representan el 20% del flujo migratorio global.
Es importante destacar que los datos recopilados en la DIOC han permitido determinar que, en los últimos 15 años, los migrantes han venido aumentando su nivel de formación. Entre el censo del 2000 y el 2016 el número de migrantes con educación superior creció en 20 millones, mientras que los poco educados aumentó 5 millones. Lo anterior implica que la migración calificada creció en ese período 25%, mientras que la no calificada, lo hizo en 6%. Con base en este tipo de información los países deben afinar su política pública y emprender acciones para implementarla.
El gobierno del presidente Duque ha dado pasos importantes, pues recientemente sancionó también la Política Integral Migratoria, el Estatuto Temporal para Migrantes Venezolanos y la Ley de Fronteras, por citar solo unos casos. Es evidente el interés de este Gobierno en la construcción y promoción de una política migratoria ambiciosa, lo cual se corrobora con el proceso de implementación de las recomendaciones de la Misión de Internacionalización, donde se planteó una estrategia de reactivación económica, crecimiento e inclusión, apoyándose en la inmigración y la diáspora como un medio eficiente para generar movilidad de conocimiento.
Por otra parte, el Premio Nobel de Economía, fue entregado este año a David Card, Joshua Angrist y Guido Imbens, por sus trabajos relacionados con el mercado laboral, la educación y los flujos migratorios. Entre los hallazgos de estos investigadores se destaca que, el ingreso de los nativos de un país puede verse beneficiado, por cuenta de la llegada de migrantes. Para llegar a esas conclusiones en las actuales circunstancias de Colombia, se requerirán rigurosos estudios. La membresía de Colombia a la OCDE le ofrecerá oportunidades para estudiar en detalle estos fenómenos, que hoy, más que nunca están presentes en la vida nacional, por cuenta del flujo de venezolanos, africanos, haitianos y cubanos hacia el país.
Esta conmemoración es la mejor oportunidad para destacar la migración y sus aportes a la construcción de una sociedad más competitiva. Definitivamente, exaltar la migración es celebrar las oportunidades de desarrollo. Sin lugar a duda, la migración es un desafío que entraña grandes oportunidades.
