Para nadie es un secreto que en el transcurso de cada 8 de marzo, se llevan a cabo diversas marchas que terminan convirtiéndose en vandalismo y ocasionando grandes daños y perjuicios.
Aunque algunas caminatas y manifestaciones se dan de manera pacífica, Medellín y Bogotá han sufrido algunos ataques en las iglesias por los participantes de dichas manifestaciones.
El recorrido por la Avenida Oriental que tiene como punto final la Iglesia de San José, ha sido una de las más violentas, pues en diversas oportunidades han intentado quemarla incluso con gente adentro.
Por las razones mencionadas anteriormente, la Iglesia Católica le pide a la Policía protección para impedir desenlaces desafortunados.
Adicionalmente, Luis Fernando Escobar del centro Cultural Cruzada, solicita con urgencia que las protestas sean intervenidas con seguridad y se den de manera pacífica:
“Como ya se ha hecho costumbre, las feministas han usado el día 8 de marzo para reivindicar falsos derechos como el aborto y la liberación de la decencia en general. Para reivindicar falsos derechos como el aborto y la liberación de la decencia en general. Esas reivindicaciones se cargan cada vez más con un odio hacia la santa Iglesia a la que consideran opresora por enseñarnos el camino del cumplimiento recto de los Mandamientos de la Ley de Dios. Durante dos años consecutivos han perpetrado profanaciones contra la Iglesia Catedral primada de Bogotá y la Iglesia de San Ignacio en Medellín, entre otras. Por lo anterior, un grupo significativo de colombianos haremos presencia para defender los templos y, en su interior, al Santísimo Sacramento que se pone en riesgo. Convocamos, pues, a los buenos católicos para que se hagan presente manifestando el legítimo derecho de defender el derecho de nuestras expresiones públicas de piedad católica, incluida la existencia y manutención de nuestros templos. Convocamos a los medios de comunicación se hagan presentes para cubrir eventuales agresiones a los templos, pero que llegan a la ilegal conducta de agresión moral, desnudando sus torsos o lanzando materias denigrantes. Convocamos, por fin, a la Policía Nacional para que garanticen la protección de los templos y el derecho constitucional de libre manifestación por razones políticas o religiosas. Hago constancia de estas convocaciones públicas con el objeto de reclamar cualquier negligencia a los deberes legales y su respectiva indemnización. Pedimos a la Santísima Virgen María, modelo arquetípico de la verdadera feminidad, para que venga con su recurso a proteger a sus hijos colombianos”
