La más reciente medición de la Encuesta Mundial de Valores, desarrollada en Colombia entre diciembre de 2024 y enero de 2025 por la firma Invamer bajo la coordinación de la Asociación Mundial de Valores (WVSA), contó con el apoyo de Comfama, Grupo SURA y la Alcaldía Mayor de Bogotá. Este estudio global, que se realiza en más de 100 países desde 1981 y en Colombia desde 1995, busca entender cómo evolucionan los valores, las creencias y los comportamientos de las sociedades.

En esta octava medición participaron 1.320 personas a nivel nacional, junto con dos muestras adicionales: una en Antioquia con 864 encuestas y otra en Bogotá con 1.824. El trabajo de campo se desarrolló en 26 departamentos del país y tuvo un margen de error del 2,7 %, con un nivel de confianza del 95 %.
Desconfianza generalizada
El informe evidencia que solo el 4 % de los colombianos considera que se puede confiar en los demás. El 88 % confía en su familia, el 54 % en personas conocidas, el 36 % en personas de otra religión, el 30 % en extranjeros y el 16 % en recién conocidos. Esta tendencia se ha mantenido estable en los últimos años y confirma que la confianza en Colombia se concentra en los entornos más cercanos.
En cuanto a las instituciones, las universidades y la Iglesia son las que generan mayor confianza (53 %), seguidas por las Fuerzas Armadas (38 %) y las Cajas de Compensación Familiar (37 %). En contraste, el Congreso de la República (6 %), los partidos políticos (4 %) y los funcionarios públicos (7 %) registran los niveles más bajos. La confianza en las elecciones aumentó ligeramente, del 13 % en 2018 al 16 % en 2024.
Valores que permanecen y evolucionan
La familia (99 %) y la educación (99 %) se mantienen como los valores más importantes para los colombianos, seguidos del trabajo (97 %) y el tiempo libre (89 %). El 95 % de los encuestados considera que uno de sus propósitos de vida es hacer sentir orgullosos a sus padres, y el 90 % cree que los buenos modales son fundamentales en la crianza.
El estudio también muestra que el sentido religioso sigue siendo alto: el 83 % afirma que Dios es muy importante en su vida, el 73 % reza a diario y el 75 % se identifica como una persona religiosa. Sin embargo, el porcentaje de quienes no pertenecen a una denominación religiosa aumentó frente a mediciones anteriores, alcanzando el 41 %.
La valoración de la educación supera incluso a la aspiración de tener vivienda propia, trabajo o carro. El 99 % de los encuestados considera que educarse es su principal meta, y el 98 % da gran importancia a contar con vivienda propia. Además, el 91 % se considera “feliz” o “muy feliz”, y el 75 % siente que tiene libertad para decidir sobre su vida.
Transición hacia nuevos valores
El estudio revela una transición de valores tradicionales hacia otros más modernos. La obediencia y el respeto a la autoridad siguen siendo relevantes, pero aumentan la tolerancia, la equidad de género y la responsabilidad ambiental. El 84 % considera esencial educar a los niños en el respeto y la tolerancia, mientras el 85 % apoya un trato igualitario entre hombres y mujeres.
No obstante, persisten ciertos estereotipos: el 53 % cree que los hijos sufren cuando la madre trabaja fuera del hogar, el 19 % piensa que la educación universitaria es más importante para los hombres y el 38 % considera que podría haber conflictos si una mujer gana más que su esposo.
El 74 % de los encuestados considera importante vivir en democracia, aunque el 28 % apoya que el ejército gobierne en determinadas circunstancias y el 63 % respalda la idea de un gobernante fuerte que no tenga que preocuparse por el Congreso ni por las elecciones. La percepción de seguridad en los barrios aumentó de 53 % en 2018 a 59 % en 2024, mientras que el porcentaje de personas que afirmaron haber sido víctimas de algún delito bajó del 21 % al 14 %.
El 88 % de los encuestados considera que en el país hay corrupción, aunque el indicador mejoró frente a 2018 (95 %). La mayoría cree que debe haber más incentivos al esfuerzo individual (57 %) y mayor respeto por la autoridad (90 %).
Por primera vez, la encuesta midió la percepción sobre el cambio climático: el 84 % considera que es un tema “muy importante” y el 75 % se siente personalmente responsable de mitigarlo. Sin embargo, solo el 66 % cree que debe priorizarse la protección del medio ambiente por encima del crecimiento económico, cifra menor al 69 % de 2018.
Cuando se consultó sobre las prioridades del país para la próxima década, el 50 % de los colombianos señaló el crecimiento económico como la principal meta, seguido de “mantener el orden” (40 %) y “fortalecer la participación ciudadana” (35 %).
Llamado a reconstruir la confianza
Para David Escobar Arango, director de Comfama, “los valores y la confianza no son simples abstracciones filosóficas: son los cimientos sobre los cuales se construye el desarrollo económico, social y político de una nación”. María Mercedes Barrera, gerente de Comunicaciones y Desarrollo Sostenible de Grupo SURA, señaló que “iniciativas como esta permiten entendernos mejor como colombianos y fortalecer la democracia y la institucionalidad”.
El investigador principal del estudio, Andrés Casas, afirmó que “para alcanzar el pacto psicológico de Colombia, tenemos que mirar hacia las mentalidades de cambio y los vínculos que ya están fuertes, para expandirlos hacia las organizaciones y las instituciones”.
En su prólogo, Comfama resume el reto: “cuando una sociedad incorpora la confianza en los otros, la economía y la vida colectiva fluyen con mayor dinamismo y menos conflicto”. La Encuesta Mundial de Valores deja ver que, aunque Colombia mantiene un profundo sentido familiar y de fe, la tarea pendiente sigue siendo la misma: construir confianza entre los ciudadanos y en las instituciones que los representan.


 
 




