El exministro de Hacienda y actual rector de la Universidad EIA, José Manuel Restrepo, lanzó una fuerte advertencia sobre la intención del Gobierno Nacional de suspender la regla fiscal, asegurando que esta decisión podría tener consecuencias catastróficas para la economía colombiana.
A través de un pronunciamiento público, Restrepo fue enfático en afirmar que “suspender la regla fiscal en Colombia sin la existencia de NINGÚN HECHO EXTRAORDINARIO que lo justifique, es abrir la compuerta al gasto desbordado, al endeudamiento sin freno y a la pérdida total de disciplina macroeconómica”.
El exministro comparó este escenario con el declive económico que sufrió Argentina bajo el kirchnerismo, advirtiendo que el país podría verse abocado a una situación de “déficits crónicos, populismo fiscal y colapso económico”, como el que hoy obliga a la nación austral a aplicar “ajustes extremos”.
Según Restrepo, la regla fiscal —que establece límites al déficit presupuestario del Estado— no es un obstáculo, sino una herramienta de protección para la estabilidad económica del país. “Descalificar la regla fiscal es desconocer su importancia y necesidad y nos lleva a la ideología de ‘gastar, gastar y gastar’ sin control alguno. La regla fiscal no estorba: protege. Romperla es repetir el error argentino y nos va a doler la salida”, señaló.
Asimismo, proyectó un sombrío panorama fiscal para el futuro próximo: “En 2026 heredaremos el país con el peor nivel de déficit (mayor a -7,8%) y deuda (mayor al 63% del PIB) en su historia”, afirmó. A su juicio, la única salida viable será una emergencia económica que permita una reforma estructural del sistema tributario, la reasignación de competencias territoriales y una reducción del tamaño del Estado en al menos un 30%.
Entre los impactos que prevé si se insiste en abandonar la regla fiscal, Restrepo enumeró cinco efectos principales:
- Aumento de la prima de riesgo país y mayores costos del endeudamiento.
- Mayor volatilidad del tipo de cambio y riesgos inflacionarios.
- Pérdida de confianza de inversionistas privados y extranjeros.
- Menor capacidad presupuestal para inversión social, por mayores pagos de intereses.
- Ruptura con la tradición de manejo macroeconómico prudente en Colombia.
“Triste y peligroso camino para conducir la economía. ¡Todos perdemos!”, concluyó.