Por: Álvaro Ramírez González
Gustavo Petro, nuestro presidente, ha cometido sistemáticamente una serie de fallas, y faltas, que a cualquier otro mandatario colombiano, le hubieran costado la cabeza.
Nadie imaginó, que Petro manejara la impuntualidad y la in asistencia, con un desparpajo y un importaculismo impensable, y naturalmente inaceptable para el mandatario de un país.
Todo empieza unos días antes de la posesión de Petro, que convocó a todos los Alcaldes de Colombia al Hotel Tequendama en la capital.
De los 1.100 municipios, que tiene el país, acudieron a esta convocatoria 850 Alcaldes, algunos de ellos, de regiones muy lejanas y que se tomaron hasta 4 días para llegar a Bogotá.
Petro no apareció.
Prada el ministro pelele, trató de dorar la píldora anunciando un ligero retraso del primer mandatario.
Pues ni llegó, y peor aún, no hubo explicación alguna.
Hoy, casi 11 meses después de su llegada, Petro tampoco acudió a la tan publicitada reunión en la Guajira.
Un malestar estomacal producto de un “Mecato”, fue la destemplada y frívola disculpa.
En ambos eventos había una expectativa brutal por la llegada del mesías que no apareció.
Y quedó en el ambiente, el desconcierto, el malestar y la frustración.
Pero en la mitad del camino también dejó plantados a los asistentes al Congreso de Fedelonjas, y al de Camacol.
Y a decenas de congresos y asambleas más.
Todos los Magistrados de las altas cortes fueron invitados por el primer mandatario y la brincona Verónica Alcocer, a una cena en el Palacio de Nariño.
Todos asistieron con una gran expectativa, dada la tensa relación de las cortes con el primer mandatario.
Petro, tampoco apareció y los invitados ( 70 más esposas), indignados se negaron a cenar.
La cena quedó servida.
Petro llego tarde a la cita con Joe Biden, y también con Macron, mandatario de Francia.
Cualquier disculpa pendeja de un trancón fue la tonta explicación.
Ahora hay dos días en Paris, donde el primer mandatario estuvo desaparecido.
Como no hay explicación oficial, las malas lenguas afirman que estuvo borracho y drogado.
Las buenas lenguas se limitan a reclamar una explicación consistente y creíble para la desaparición por 48 horas del mandatario colombiano en la ciudad luz.
¿Alguna vez se había desaparecido un mandatario 48 horas en otro país sin explicación alguna?
Francamente no.
La lista de faltas, retrasos e inasistencias de Gustavo Petro a todos los actos o convocados por el mismo, o producto de una invitación, es tanto tan larga, que se convirtió en la regla y la puntualidad en la excepción.
Entonces la impopularidad y todo lo mal que le salen las cosas a Petro, no es producto de la suerte.
Es consecuencia de su mal comportamiento.
Hoy, los gremios, federaciones o asociaciones, sencillamente no lo invitan a nada y no cuentan con el presidente para nada.
La mayoría de las veces no llega.
Y las otras como la de Quinchía Risaralda, a la que llegó con 11 horas de retraso, no dijo nada, ni resolvió nada y tampoco se reunió en privado con nadie.
Llegó, se echó su discurso mamerto, y se marchó.
Desconcierto y angustia total!
Uno recoge lo que siembra.
Y Petro y esos pésimos alcaldes afines a él, de Bogotá, Medellín y Cali, están a 100 días de recibir la derrota de su vida.
Solo miren las encuestas y las tendencias.
Póngale la firma!
