Desde el 30 de noviembre saldría del proyecto el actual consorcio constructor por cuenta de que llega a su fin la actual prorroga de su contrato, y lo hace sin haber finalizado las obras que estaban estipuladas cuando se acordó que CCCItuango sería el encargado de gran parte de la construcción de los espacios y las cavernas para el funcionamiento de la Hidroeléctrica.
Y es que desde que llegó Daniel Quintero a la Alcaldía de Medellín, decidió emprender una guerra mediática en contra del actual consorcio contratista con afirmaciones que han llegado al punto de acusarlos de delitos y responsabilidades que aún no se han podido probar por parte de los entes de control y esta es la razón por la cual CCCItuango no terminaría las obras para las cuales fue contratado por EPM.
Esta decisión llevó a que Empresas Públicas de Medellín abrieran en febrero un proceso licitatorio para la segunda etapa del proyecto, es decir las obras y concretos de las turbinas de la 5 a la 8, a pesar de las recomendaciones de expertos de que esto puede poner en riesgo la continuidad de las obras y la estabilidad de las mismas, y anunciaron que el actual consorcio llegarían hasta donde el tiempo lo permitiera en el marco de la prórroga que llega a su final el próximo 30 de noviembre.
Desde enero, cuando se realizó el cronograma de avance, se sabía que para esta fecha solo se habrían terminado las obras de turbinas 1 y 2, y quedaron en el limbo las obras civiles de la 3 y la 4, ya que no se incluyeron en la licitación. Al ver que el tiempo está llegando a su final y que las obras quedarían en pausa, EPM inició un proceso de contratación, que varios actores han denunciado que fue realizado a dedo, para las dos unidades pendientes.
Es así como la empresa de servicios públicos afirmó haber contratado a Schrader Camargo para esta finalización de las obras de las turbinas 3 y 4. Esta empresa, como lo ha dicho en otras oportunidades IFMNOTICIAS.COM es subcontratista de General Electric actualmente en el proyecto, y no tiene una amplia experiencia en procesos constructivos de esta naturaleza.
Incluso, el diputado Luis Peláez, denunció en la Asamblea departamental que Schrader Camargo tuvo que recurrir a una empresa constructiva por información para poder cotizar como correspondía la finalización de las dos turbinas en cuestión, demostrando que no conocen en detalle el sector y menos los procesos constructivos de la envergadura de la central hidroeléctrica más grande del país.
Todo parecería indicar que Schrader Camargo sería el enlace de la empresa china a la que Daniel Quintero buscaría adjudicar la licitación de la segunda etapa y esta sería la razón principal para adjudicarle un contrato de finalización a una empresa que no cumple con la idoneidad para culminar los concretos en cuestión, y podría estar jugando para que fuera la empresa china la que se convirtiera en subcontratista para turbinas 3 y 4.
Así las cosas, estas decisiones podrían poner en riesgo la continuidad de las obras, y esto a su vez la estabilidad de Hidroituango, dadas las circunstancias de que es un proyecto siniestrado, y todo por ignorar las recomendaciones de expertos y de estudios contratados por la misma EPM.
