Recientemente el ministro de Defensa de Colombia, Iván Velásquez, se pronunció sobre las acciones terroristas del ELN, las FARC, y organizaciones delincuenciales que adelantan diálogos y procesos de paz con el gobierno comunista de Gustavo Petro, y que merecerían, en la opinión pública, el fin del cese al fuego bilateral o, incluso, un levantamiento de la mesa de diálogos.
Sin embargo, para Velásquez, los hechos que parezcan muy graves no deberían ser motivo para romper el cese del fuego bilateral, aunque advirtió que este mecanismo tampoco es una licencia para que los grupos armados sigan delinquiendo en el país.
«Sí estamos en el propósito real de llegar a un acuerdo de paz. Incidentes que, en ocasiones podrían considerarse de mucha gravedad, no siempre tendrían que conducir a la terminación del cese», expresó Iván Velásquez, ministro de Defensa.
No obstante, a continuación, Velásquez expresó que «cuando ya la violación al cese sea de tal naturaleza, que no pueda admitirse la continuidad, yo creo que el Gobierno Nacional tiene que tomar la determinación, como se toma una decisión para iniciar, inclusive, una negociación, o una decisión para declarar la ruptura».
Estas declaraciones las entregó el funcionario en una intervención sobre los mecanismos de verificación al cese bilateral y otros temas coyunturales que usted puede ver a continuación, en el siguiente vídeo.
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Indignación por el cese al fuego
Las palabras de Velásquez causaron indignación entre sectores políticos y civiles quienes interpretaron que, si un soldado es asesinado, a las unidades militares les toca quedarse quietas para no destruir ni el cese, ni los diálogos de paz. Lo que, para algunos, sugiere que los bandidos podrán seguir haciendo lo que les dé la gana, protegidos por el Gobierno, mientras que la fuerza pública tendría que dejarse asesinar.
«El cese del fuego paraliza a la Fuerza Pública. Asegura a los violentos que no serán enfrentados y no les exige que dejen de atacar a los civiles ni dejen de delinquir. En realidad, solo protege a los bandidos y pone en absoluta indefensión a los civiles», criticó Rafael Nieto Loaiza, exviceministro de Justicia de Colombia.
Para algunos, la posición del ministro Velásquez es la misma que han sostenido los pacifistas en Colombia: que un atentado o un asesinato de un miembro de la fuerza pública no pueden frenar un proceso de paz. Esto lo criticó fuertemente la oposición.
Precisamente, para los opositores, «la sangre debe cobrarse con sangre». Es decir, según afirman, si los grupos guerrilleros no muestran voluntad de paz, entonces el Gobierno tiene la obligación constitucional de defender a los colombianos. Por ende, debe tomar acciones inmediatas para impedir que estos grupos sigan haciendo de las suyas, así esas acciones impliquen el levantamiento del cese al fuego bilateral o el levantamiento de la mesa de diálogos.
«Exactamente así de triste es la realidad y el bandido ministro de Defensa dice que esto no es nada y que ahí no hay violación del cese al fuego, así de claras son las amenazas para el país, la democracia, las libertades, la economía y nuestras fuerzas militares», expresó @mariaCa66210342.
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¿Un Alto Comisionado para la Paz ineficaz?
Para el colmo de la situación, por fin el Alto Comisionado para la Paz de Colombia, Iván Danilo Rueda, entregó declaraciones después de más de dos meses sin pronunciarse sobre estos acontecimientos que, según reveló RCN en un informe, llega a 50 violaciones del cese al fuego. Pero las declaraciones del funcionario también fueron funestas.
«Tenemos conocimiento de todas estas acciones que han puesto en cuestión el ejercicio del cese de fuego. Por eso tenemos unos mecanismos de verificación e intervención para aclarar cada situación y para evitar cada vez más que este tipo de situaciones no se produzcan», indicó Rueda.
Es decir, él ya conoce cada una de las violaciones, pero tampoco se ha quejado, ni ha tomado decisiones desde la mesa de diálogos ni a favor, ni en contra. ¿A Colombia lo gobiernan funcionarios indolentes?
