Por: Coronel (r) Luis Alfonso Plazas Vega
Este narcoterrorista nació cerca de Pacho, Cundinamarca, el 14 de mayo de 1947 y fue dado de baja por un equipo integrado por la Infantería de Marina y la Policía Nacional en Tolú, Sucre, el 15 de diciembre de 1989. Él mismo se dio el apodo de El Mexicano, fue productor y exportador de cocaína, terrorista, y genocida, cofundador y cabecilla del Cartel de Medellín.
De origen humilde, José Gonzalo Rodríguez Gacha nació en una familia campesina. En 1968, cuando cursaba tercero de bachillerato decidió abandonar sus estudios para viajar a Bogotá, donde laboró como camarero de un restaurante, ayudante de autobuses, y vendedor en el sector de San Victorino.
Su trayectoria criminal comenzó a principios del decenio de los 70, cuando en un bar de la capital, se reunió y comenzó a trabajar con contrabandistas de esmeraldas. Se trasladó a Muzo, Boyacá, y se puso al servicio del «zar» de las esmeraldas, Gilberto Molina Moreno, reconocido personaje que durante muchos años impuso violentamente su voluntad en el negocio de las minas en los municipios de Muzo, Quípama, Otanche y Borbur. Molina era el capo y sus socios que lo reconocían como jefe eran Víctor Carranza, Benito Méndez, «el mono Bernal», Julio Silva y Juan Vitar.
Cada uno de ellos tenía concesiones del gobierno colombiano para explotar legalmente las esmeraldas, bajo la condición de cesar la vendetta del negocio que duró muchos años y segó muchas vidas. Ellos establecieron las normas, toda esmeralda encontrada debería ser reportada a los firmantes de las concesiones, so pena de muerte. Solo los concesionarios se entendían con el gobierno, pagaban los impuestos, generalmente negociados, aunque con una aparente y documentada legalidad. Los guaqueros rasos debían reportarle a alguno de los cabecillas.
Pero no dominaban todo el negocio. Había grupos diferentes, siendo el más importante el de la familia Vargas, que imponía su ley en la región de Coscuez. La competencia comercial de las esmeraldas entre Molina y los Vargas se convirtió en una guerra sangrienta.
En 1976 Rodríguez se independizó de Molina, puso su propio negocio de esmeraldas, y poco más tarde se mudó al de tráfico de cocaína. Una mujer, Verónica Rivera más conocida como “la Reina de la Coca”, amiga de Pablo Escobar y del narco mexicano Miguel Ángel Félix Gallardo, los puso en contacto.
No tardó mucho, Rodríguez Gacha, en convertirse en uno de los más importantes socios del cartel de Medellín, con Pablo Escobar y los hermanos Ochoa. Se dedicó a trabajar en el tráfico de cocaína hacia Centro y Norteamérica y con ellos creó la organización criminal que la DEA denominó: “Cartel de Medellín”. En 1980 los medios de comunicación colombianos lo consideraron el “jefe del ala militar” de la atroz pandilla, con más de 1.000 muertos atribuidos a su cargo. Contó con su propia fuerza armada, sumando entre guardaespaldas y sicarios cerca de 2.000 miembros.
En un corto tiempo, Rodríguez Gacha pasó a ser uno de los más poderosos terratenientes de Colombia, con muchas haciendas, todas ellas con nombres mexicanos, en diferentes departamentos del país.
En asocio de las mafias antioqueñas, manejó el proyecto criminal de las drogas del cartel de Medellín en el centro del país, reclutando y utilizando hombres y recursos propios.
Abrió nuevas rutas de tráfico de drogas como México-Haití-Los Ángeles, y otras por Nicaragua-Texas, en las cuales tuvo mucho que ver un piloto americano de nombre Barry Seal, asesinado más tarde cuando decidió testificar contra el cartel.
Asesinato de Rodrigo Lara Bonilla
El 30 de abril de 1984, el Cartel de Medellín, utilizando uno de sus más temidos grupos de sicarios, llamado “Los Priscos” asesinó al ministro de justicia Rodrigo Lara Bonilla, quien venía investigando los diversos crímenes cometidos por las mafias del narcotráfico.
El atroz asesinato, se constituía en un desafío al gobierno del Presidente Belisario Betancur, de modo que el gobierno emprendió la búsqueda de los responsables, anunció su decisión de enfrentar a las mafias, y reactivó el tratado de extradición con los Estados Unidos.
Esto ocasionó la decisión de Pablo Escobar y sus socios: Gonzalo Rodríguez Gacha, los hermanos Ochoa y Carlos Lehder de huir a Panamá, de crear el llamado grupo de “Los Extraditables” con un terrible lema: “preferimos una tumba en Colombia a una cárcel en los Estados Unidos”.
Allí en Panamá, no se sabe si a petición de los capos o por iniciativa del político, se realizó una vergonzosa reunión de estos con el ex Presidente Alfonso López Michelsen en el hotel Marriott de esa ciudad. La reunión se filtró a los medios de comunicación, y causó una muy mala sensación en los colombianos que veían a la clase política vinculada con los más reconocidos delincuentes de la nación.
Los crímenes de “los extraditables”
Reactivado el tratado de extradición en mayo de 1984, empezaron las detenciones de varios delincuentes con fines de extradición, y las actuaciones de «Los Extraditables» contra los jueces de la República y los miembros de la Fuerza Pública, en particular de la Policía Nacional. Los más notables fueron:
· * El asalto al Palacio de Justicia el 6 de noviembre de 1985, en el cual Los Extraditables contrataron al grupo terrorista M-19 y lo financiaron con dos millones de dólares para el atroz magnicidio.
* En el planeamiento del Holocausto a la Justicia, señalaron como “Rehenes Fundamentales” a los Magistrados de Sala Constitucional de la Corte Suprema de Justicia, que eran los que podían enviarlos extraditados a los Estados Unidos, y señalaron como fecha para el asalto, el día en que se reunirían para darle la exequibilidad al Tratado. Los cuatro “Rehenes Fundamentales”, Manuel Gaona Cruz, Alfonso Patiño Rosselli, Manuel Medina Moyano y Carlos Medellín Forero fueron masacrados por el M-19.
* Adicionalmente buscaban incinerar los archivos de narcotraficantes para ser extraditados, tarea en la prendieron fuego a los documentos, pero no lo pudieron controlar, con lo cual se incendió el Palacio completo.
· * El 31 de julio de 1986, asesinaron al Magistrado de la Corte Suprema Hernando Baquero Borda, sobreviviente del Palacio de Justicia, por haber acusado a los narcos de ser los autores del Holocausto.
· * El 31 de diciembre de 1986, por la misma razón asesinaron a Don Guillermo Cano Isaza, director del diario El Espectador.
· * Asesinaron al juez Gustavo Zuluaga Serna,
· * El 17 de noviembre de 1986, asesinaron al coronel Jaime Ramírez Gómez, quien había descubierto y destruido en 1984 el más grande laboratorio de procesamiento de Coca del Cartel de Medellín en la vereda “Tranquilandia” de los Llanos del Yarí, en el departamento del Meta.
Enfrentamiento con las FARC
El crecimiento del sector del Cartel de Medellín que manejaba Rodríguez Gacha, desbordó los departamentos del interior del país, y empezó a adueñarse de áreas de control en otros lugares especialmente en el Magdalena Medio.
Pero allí se encontró con una organización criminal que manejaba la población: el grupo terrorista de las FARC. Los hombres del “mexicano” decidieron arreglarse con los guerrilleros pagándoles por el servicio de vigilancia de cultivos y laboratorios. Pero las FARC se dieron cuenta que el negocio de la droga era más rentable que el de la vacuna guerrillera a la población, de modo que se armó una guerra entre las dos organizaciones criminales. Primero se destruyeron las cocinas y laboratorios de coca del uno al otro, luego se robaban la pasta de coca y el dinero de venta del producto a consumidores internos.
Entonces los de Medellín se aliaron con cabecillas paramilitares y los vincularon al negocio, como Emilio Guarín, Henry Pérez, Ramón Isaza y los hermanos Fidel, Vicente y Carlos Castaño. Con ellos y considerando que la UP era el brazo político de las FARC, emprendieron una campaña de exterminio contra los miembros de ese grupo político.
Las FARC se habían adueñado de algunas de sus grandes haciendas, por lo cual “el Mexicano” llegó a reunirse con alias “Mono Jojoy”, para buscar un arreglo, pero eso no llegó a nada. Hay quienes afirman que las informaciones que, unos años después, permitieron a las autoridades perseguir y dar de baja a Rodríguez Gacha y a su hijo, las dieron los integrantes de las FARC:
Entre diciembre de 1987 y mayo de 1988, Rodríguez Gacha logró tener bajo su dirección más de mil hombres, adiestrados por mercenarios extranjeros, entre ellos un grupo de cinco israelitas que encabezaba el Teniente Coronel retirado Yair Klein. También había once entrenadores británicos, y dentro de los alumnos se hallaba su propio hijo Freddy. La sede de sus actividades era Puerto Boyacá.
Adicionalmente corrompió a muchos funcionarios públicos incluyendo Fiscales y Jueces que le brindaban la necesaria impunidad para actuar contra sus enemigos, sin temor. Se dice que por lo menos ochocientos miembros de la Unión Patriótica fueron asesinados.
El 11 de octubre de 1987, asesinaron al propio presidente del partido UP, Jaime Pardo Leal.
Lo más impresionante de la historia, es que en esta purga criminal participaron miembros activos de las mismas FARC, que necesitaban espacios para ascender dentro de esa organización criminal.
El Gobierno dispone la Extradición de varios capos
El 8 de enero de 1988, durante el gobierno de Virgilio Barco, la justicia dictó autos de detención con fines de extradición contra Pablo Escobar, Gonzalo Rodríguez Gacha y los hermanos Juan David, Jorge Luis y Fabio Ochoa Vásquez. Esto generó una nueva escalada terrorista.
· El 16 de enero de 1988 secuestraron al candidato a la Alcaldía de Bogotá, Andrés Pastrana Arango y
· el 25 del mismo mes, asesinaron al Procurador General de la Nación, Carlos Mauro Hoyos.
· El 18 de enero de 1989, los sicarios de Rodríguez Gacha perpetraron la masacre de toda una comisión Judicial en La Rochela, Santander.
· 4 de mayo de 1989. Ordenó el asesinato del ex Gobernador de Boyacá, Álvaro González Santana, padre de la juez Martha Lucía González, quien se atrevió a llamar a juicio tanto a Pablo Escobar como a Gonzalo Rodríguez Gacha y de inmediato viajó para evitar que la mataran. Pues los capos ordenaron asesinar a su padre. El Gobernador fue asesinado en la carrera séptima de Bogotá.
Rodríguez Gacha aumentó su persecución los dirigentes de la Unión Patriótica
· El 27 de febrero de 1989 asesinó al dirigente sindical de izquierda Teófilo Forero, su esposa Leonilde Mora, el dirigente del PCC Antonio Sotelo y el conductor José Antonio Toscano, al sur de Bogotá
· El 3 de marzo de 1989 asesinó a José Antequera, y ocasionó heridas al candidato presidencial Ernesto Samper
Emprendió junto con Pablo Escobar una oleada de asesinatos en mayo de 1989.
· El 30 de mayo atentaron contra el General Maza Márquez, su peor enemigo, mediante un explosivo, en la carrera séptima la norte de Bogotá. Su vehículo voló más de treinta metros, pero el blindaje le salvó la vida al General.
· El 4 de julio asesinaron al gobernador de Antioquia Antonio Roldán Betancur.
· El 28 de julio, asesinaron a la juez tercera de Orden Público María Helena Díaz
· El 16 de agosto mataron al magistrado Carlos Ernesto Valencia
· Ese mismo día asesinaron al comandante de la policía en Antioquia Valdemar Franklin Quintero
· El 18 de agosto de 1989 asesinaron al candidato a la presidencia Luis Carlos Galán Sarmiento. Algunos medios afirman que en el magnicidio participaron setenta hombres de Rodríguez Gacha.
El Gobierno sigue en su lucha para extraditarlos
Al día siguiente el 19 de agosto el gobierno de Virgilio Barco dictó el decreto que permitía la extradición por vía administrativa, la incautación de bienes del narcotráfico y la detención preventiva de sospechosos de pertenecer al narcoterrorismo.
El 21 de agosto de 1989 el Fiscal americano Dick Thornburgh hizo pública una lista de doce capos de la droga requeridos por el gobierno de los EEUU, en la cual se incluía a Pablo Escobar, a Gonzalo Rodríguez Gacha «El Mexicano», a alias el «Mono Abello» de Santa Marta y los Hermanos Jorge Luis, Fabio y Juan David Ochoa Vásquez de Antioquia.
Su enorme fortuna
Rodríguez Gacha fue mencionado como uno de los hombres más ricos del mundo por la revista Forbes del 20 de junio de 1988. Amaba los caballos finos, las lujosas mansiones con accesorios de baño dorados, las armas costosas y todo lo mexicano.
Con dinero del narcotráfico había adquirido cerca de 120 propiedades, entre ellas 64 haciendas con nombres mexicanos en varios departamentos del país. Además, casas, apartamentos, lotes y vehículos. Ganado y caballos de paso fino. Sus bienes valían más de 500 mil millones de pesos colombianos de entonces, cerca de cincuenta millones de dólares. Su mítica fortuna generó la idea de que en sus propiedades tenía enterradas guacas con lingotes de oro, bolsas con dinero y esmeraldas. Dentro de sus propiedades se contaba la discoteca La Chihuahua, una mina de oro y algo para los narcos de esa época muy importante: el 29.5% del equipo de fútbol Millonarios.
Del caballo Túpac Amaru, se dice que valía un millón de dólares. Eso es apreciativo, porque no es viable una transacción de un caballo por ese valor.
Todo eso lo perdieron sus herederos, porque el gobierno de Álvaro Uribe Vélez a través del Consejo Nacional de Estupefacientes y de demandas ante las Cortes colombianas logró la extinción de dominio de la gran mayoría de sus propiedades.
Cientos de cazafortunas invadieron los predios de Rodríguez Gacha en busca de las canecas repletas de dinero y del codiciado maletín negro que «El Mexicano» nunca abandonó, pero que el 15 de diciembre de 1989 desapareció misteriosamente. El arma personal de Rodríguez Gacha era una pistola de 9 mm. con incrustaciones de oro y sus iniciales grabadas en las balas, lo cual demostraba su carácter jactancioso y fanfarrón. Estuvo condenado por Narcotráfico, Asesinato, Terrorismo y Secuestro.
Muerte
A mediodía del 15 de diciembre de 1989, El general Miguel Maza Márquez Director del DAS y el general Vargas Director de la Policía, recibieron un informante en Bogotá, que los dateó sobre la ubicación exacta de Rodríguez Gacha con un grupo grande de escoltas. Los generales dispusieron que un grupo especial se desplazara al lugar en dos helicópteros para capturarlos. Se trataba de un complejo turístico denominado El Tesoro, entre las poblaciones de Coveñas y Tolú en el Departamento de Sucre sobre la costa atlántica.
Alias “El Mexicano, con su hijo Freddy Rodríguez y 25 guardaespaldas muy bien armados, advertidos de la presencia de la Policía, abordaron un camión rojo y se dieron a la fuga. La Policía inició la persecución por aire con los dos helicópteros, pero los delincuentes eran más prácticos por el conocimiento del terreno. Con lo que los bandidos no contaban era que en el sector había un retén de control establecido por la Infantería de Marina.
Entre Tolú y Sincelejo a la altura de un complejo de gas propano llamado Tolugás, el vehículo donde estaba Rodríguez Gacha se detuvo y de él se apearon el hijo del capo Freddy Gonzalo Rodríguez y cuatro guardaespaldas, y en forma absurda empezaron a disparar contra uno de los helicópteros. Sus ocupantes contestaron el fuego con ametralladoras, dando de baja a dos escoltas del capo. A continuación, un helicóptero descendió y dejó en tierra a varios policías de la fuerza élite, quienes persiguieron a los dos guardaespaldas restantes y al hijo de alias “El Mexicano”, dándolos de baja.
El camión que llevaba al capo y a uno de sus hombres continuó su carrera, pero se encontró con el retén de la infantería de marina que no sabía de quienes se trataba, pero los antisociales creyendo que hacían parte de la persecución, hicieron un tiro contra el retén, con lo cual la patrulla de infantes de marina reaccionó al mando del teniente, trenzándose en un corto combate. Rodríguez Gacha huyo por los platanales contiguos a la carretera, pero cayó al suelo herido en una pierna. Las tropas hicieron fuego de nuevo haciendo blanco en la cara del narcotraficante que quedó muerto y totalmente desfigurado. Fue necesaria una necrodactilia para su identificación. Siete de sus guardaespaldas perdieron la vida.
Dos días después, en la noche del 17 de diciembre, Gonzalo Rodríguez Gacha el más tenebroso asesino que ha nacido en Pacho, Cundinamarca, con miles de muertos a sus espaldas, junto con su hijo, fueron enterrados en su pueblo natal en una multitudinaria ceremonia a la que asistieron cerca de 3.000 personas.
Dicen que regaló mucho dinero a gente pobre, a la cual no le interesaban ni sus crímenes ni la forma de amasar su riqueza. Esa es la Colombia ignorante que es manipulada por su pobreza.
Vía. Colombian News