El Sábado Santo, una jornada significativa dentro del calendario litúrgico cristiano. Este es el tercer día del Triduo Pascual, y está marcado por el silencio, la reflexión y la esperanza, recordando el momento en que Jesús de Nazaret yace en el sepulcro y desciende al Abismo.
Durante el día no hay de celebraciones litúrgicas tradicionales, es decir no hay eucaristía, no suenan las campanas y no se administran sacramentos, a excepción de la unción de los enfermos y la confesión. Es importante indicar que el Sagrario permanece abierto y vacío, simbolizando el cuerpo ausente de Cristo, y el altar se presenta despojado, reforzando el carácter solemne del día.
Además, este día está dedicado de manera especial a la Virgen María, en su dolor por la muerte de su hijo. Pero también es un momento de esperanza por la promesa que Jesús dejó a sus discípulos: “Al tercer día resucitaré de entre los muertos”.
Durante la noche del Sábado Santo, se realiza la Vigilia Pascual, considerada la celebración más importante del año litúrgico cristiano. Esta ceremonia marca el paso del duelo a la alegría, y da inicio al Domingo de Resurrección.
La Vigilia se estructura en cinco momentos clave:
- Bendición del fuego: La iglesia comienza en penumbra. El sacerdote enciende una llama que prenderá el Cirio Pascual, símbolo de Cristo resucitado. Este es bendecido y llevado en procesión mientras la iglesia permanece a oscuras. Al finalizar, se entona el solemne Pregón Pascual, un antiguo himno que proclama la victoria de la luz sobre la oscuridad.
- Liturgia de la Palabra: Se leen siete pasajes del Antiguo Testamento, que relatan la historia de la salvación, junto con salmos y cánticos del Nuevo Testamento.
- Liturgia Bautismal: Se bendice el agua, se realiza el bautismo de los nuevos cristianos y los presentes renuevan sus promesas bautismales, destacando la relación entre el bautismo y la resurrección.
- Liturgia de la Eucaristía: En un ambiente de júbilo, se celebra la comunión con cánticos de alabanza. Esta es la primera Eucaristía de la Pascua.
- Bendición final: Los feligreses reciben la bendición pascual, dando cierre a una ceremonia que une solemnidad, misterio y alegría.