Luego de que se aprobara en primer debate la reforma tributaria presentada por la administración de Gustavo Petro, son más los que quedaron inconformes debido a la falta de análisis de las verdaderas implicaciones que tiene la misma para el desarrollo de la economía colombiana y que puede llegar a afectar la propia estabilidad del país.
En tiempo récord, los congresistas tuvieron que analizar el paquete de medidas que comprende la nueva reforma tributaria que pretende aplicar a los colombianos la administración de Gustavo Petro desde el año 2023. Solo dos días les dieron a los padres de la patria para estudiar a profundidad las implicaciones que los cambios tendrían para los inversionistas, industriales, comerciantes y consumidores.
Ante ese despropósito, fueron muchos los congresistas, como el senador más votado del país Miguel Uribe, que presentaron acciones para detener tan desenfrenada carrera; pero la decisión de la bancada afín al gobierno estaba firme y clara: no permitir nada que detenga el avance de la reforma… ¡Se aprueba! La reforma va, les guste o no.
El senador por el Pacto Histórico, Gustavo Bolívar, en un video que se filtró a los medios, planteaba la urgencia manifiesta de que la reforma se aprobara antes de la próxima gran marcha convocada por diferentes organizaciones para el próximo día 29 de octubre. Las palabras de Bolívar quedaron registradas de la siguiente manera: «Otro punto que quiero hablar con ustedes, es que ojalá la reforma tributaria esté aprobada antes del 29 de octubre, antes de esa marcha» Y, ¿cuál es el miedo del senador?, inmediatamente lo responde: «porque obviamente esa marcha, es para tumbar la reforma».
Las personas que no consideran las movilizaciones pacíficas de ciudadanos como un evento poderoso que puede cambiar el rumbo de una administración, reciben una notificación de uno de los mayores exponentes del progresismo y ficha clave de la administración socialista de Gustavo Petro, quien evidencia el pavor que le tienen a las masas. Si a eso se suma que los políticos son “animales de supervivencia” y ven que el favor popular va en contra de las medidas que desea implantar el gobierno, inmediatamente se mueven hacia el bando de la oposición y se acercan a la ciudadanía con el fin de permanecer vigentes en la arena. Los políticos son seguidores de opinión, nunca serán los abanderados de una causa específica a menos que sea un titán de la democracia como muy pocos en la historia de estas tierras.
Solo faltan 22 días para la marcha del 29 de octubre, ¿cómo piensan acelerar el tema en el senado?, lo dijo Bolívar así: «Ya acabo de hablar con Roy (Barreras), por eso me salí ahorita de acá, para decirle a Roy, antes de la gran marcha que está convocando la oposición, tenemos que tener la reforma cerrada, ¿por qué?, porque si está abierta podríamos darle chance a intentar tumbarla por algún lado, y si está abierta, puede tener más grande la convocatoria de la oposición porque tienen la esperanza de que pueden tumbar la reforma».
En la grabación del evento, realizado presumiblemente el día miércoles, la preocupación de Bolívar por las marchas es muy evidente y con justa razón: «Mañana aprobamos el primer debate de la reforma, entonces, ahí van a salir ya los pensionados de 10 millones, que no son poquitos, estamos estimando unos 25 mil y van a salir muchas personas que se sienten afectados del estrato 5 y 6, pero van a salir más porque estaban esperando como va a quedar la reforma».
Las reformas tributarias siempre son repudiadas por el público en general, debido a que en nuestros países, siempre son para adquirir más tributos, que obviamente salen del bolsillo de todos. Los impuestos son un robo de la propiedad privada de las personas, pero muchos aún los defienden en aras del bienestar social. Jean Baptiste Colbert definió de manera magistral el significado de una reforma tributaria que se acopla perfectamente a los plumones de Petro y Francia: «El arte de los impuestos consiste en desplumar al ganso de forma tal que se obtenga la mayor cantidad de plumas con el menor ruido».
