La muerte del Papa Francisco ha causado conmoción en el mundo entero, no solo entre los fieles católicos, sino también en distintos sectores sociales, culturales y artísticos que encontraron en su figura un símbolo de cercanía, apertura y sensibilidad humana.
Uno de los momentos más recordados de su pontificado ocurrió en septiembre de 2015, durante su primera visita a Estados Unidos. En el marco del “Día de las Familias”, celebrado en Filadelfia, el Vaticano convocó a tres grandes artistas para acompañar al sumo pontífice en un evento multitudinario que reunió a más de 100 mil personas a lo largo de una emblemática avenida de la ciudad: Aretha Franklin, Andrea Bocelli y el colombiano JUANES.
El evento fue un homenaje a la diversidad, la música y el encuentro familiar. Cada artista interpretó varias canciones en un ambiente de celebración espiritual y cultural. JUANES, quien viajó acompañado de sus hijos, su madre Alicia y su equipo más cercano, compartió uno de los momentos más significativos de su carrera y de su vida personal.
En el breve encuentro privado que el Papa sostuvo con los artistas antes del evento, cada uno tuvo unos minutos para saludarlo. Solo podían estar acompañados por una persona, y JUANES eligió llevar consigo a su madre. Aquel gesto simbolizó no solo la importancia de la familia en la vida del artista, sino también el respeto por el mensaje que el Papa quiso transmitir ese día.
La muerte del Papa Francisco revive recuerdos como este, que reflejan su esfuerzo por tender puentes con el mundo contemporáneo a través del arte, la cultura y el afecto humano. Un legado que, más allá de lo religioso, deja una huella profunda en la historia reciente.
