Ayer, a los pocos minutos que el CNE emitiera un comunicado de prensa explicando los resultados de la discusión sobre la revocatoria de Medellín, Daniel Quintero ya estaba dando una rueda de prensa, convocada a las 5 de la tarde cuando aún los magistrados se encontraban en reunión de Sala Plena.
Desde el lunes en la noche ya Daniel Quintero estaba afirmando a través de redes sociales que si existía la justicia, la revocatoria quedaría sepultada, desconociendo por completo que la suspensión de los estados contables en el CNE no implica que la iniciativa haya llegado a su fin.
Durante la rueda de prensa que convocó a las carreras, razón por la cual pocos medios de comunicación pudieron hacerse presentes, manifestó su emoción que además era visible, por considerar que la revocatoria había llegado a su fin.
Durante su intervención estuvo rodeado del gabinete municipal, algunos concejales adeptos al alcalde, es decir el comité de aplausos en pleno celebrando el supuesto fin de una iniciativa democrática que está contemplada en la constitución.
Sin embargo, esta apreciación no es real ya que la revocatoria aún tiene mecanismo jurídicos para salir adelante y los abogados asesores de la misma, afirman que debe prevalecer el deseo ciudadano de llegar a las urnas por lo que las decisiones del CNE vulneran el principio del derecho al voto que esta consagrado en la constitución e incluso en los principios de derechos humanos internacionales.
Durante el discurso trato de sacar rédito de los supuestos logros que ha alcanzado su administración, donde, obviamente, incluyó el supuesto rescate de hidroituango, la inauguración del cable del picacho, entre otros, y volvió a calificar a la revocatoria de fraudulenta.
También recordó que supuestamente esa revocatoria, que el denomina fraudulenta y que ya le ha valido denuncias ante la fiscalía por injuria y calumnia, presentó 30 mil firmas falsas, afirmación que, además de mentirosa, la registraduría desestimó al solo eliminar del registro de firmas avaladas aproximadamente 300 firmas.
La campaña mediática en contra de las firmas presentadas por la revocatoria en la registraduría se asemeja a la actual campaña en contra de las cuentas, donde el Alcalde afirma que entraron dineros de personas de dudosa reputación a la financiación de la iniciativa, afirmación que no ha sido demostrada por el mandatario local ni tampoco denunciada por él ante las autoridades competentes, como debería ser el proceder de un funcionario público.
Esta determinación del CNE solo hace recordar a los ciudadanos las denuncias y cuestionamientos que ha tenido Daniel Quintero por cuenta del pago a Alfonso Portela para su defensa, que expertos estiman en mil millones de pesos y que se desconoce de dónde salieron esos recursos, aunque algunos ciudadanos afirman que han salido de dineros públicos que se utilizan para inversión en Medellín.
También se suman las denuncias realizadas por ciudadanos en redes sociales que dan cuenta de que el magistrado César Abreo y otros de sus compañeros de la Sala Plena habrían, supuestamente, recibido jugosas sumas de dinero por cuenta de dilatar la revocatoria, y de la supuesta llegada a Bogotá de vehículos adscritos a la alcaldía de Medellín entrando al CNE.
Un mandatario realmente defensor de la democracia, garante de la voluntad popular y confiado en que su trabajo puede ser refrendado en las urnas, permitiría la llegada a ellas y no habría iniciado una sistemática campaña de desprestigio contra quienes hacen uso de los derechos estipulados en la constitución colombiana.
Sin embargo, Daniel Quintero, aunque afirmó no temer la revocatoria, ha interpuesto todos los recursos posibles para evitar la llegada a las urnas y su actitud triunfalista da cuenta del miedo que le tiene a someterse al escrutinio ciudadano.
Aun la revocatoria esta con vida pero parece ser que a Quintero Calle le ha pasado como a la liebre de la fábula “La Liebre y la torutga”, celebrando antes de que la carrera llegue a su fin.
