La fase final de las Eliminatorias de Concacaf para la Copa Mundial de la FIFA 2026 culminó con una vibrante mezcla de júbilo histórico y dolorosa decepción, redefiniendo el mapa futbolístico de la región. Tres naciones han asegurado su boleto directo, protagonizando narrativas épicas de perseverancia y debut.
La hazaña más resonante la firmó Curazao, que clasificó por primera vez en su historia a la cita mundialista. El país caribeño, con una población relativamente pequeña, superó a rivales de peso para ganar su grupo. Este logro es un testimonio del impacto de su estructura deportiva y el talento de su plantilla, muchos de ellos formados en Países Bajos, convirtiéndose en el país con menor población en clasificar a un Mundial, superando el récord de Islandia.
El drama y la alegría también se centraron en Haití, que logró un emotivo regreso al escenario mundialista. La selección haitiana, que no participaba en una Copa del Mundo desde Alemania 1974, aseguró su cupo directo al imponerse en su grupo en una campaña marcada por la resiliencia, jugando sus partidos de local en el exterior debido a la inestabilidad en su país. Su clasificación es un faro de esperanza en medio de una severa crisis social.
La selección de Panamá demostró ser la más sólida de Centroamérica al sellar su clasificación para su segunda Copa del Mundo en la historia, tras su debut en Rusia 2018. El equipo panameño aseguró el primer puesto de su grupo con una convincente victoria, exhibiendo la madurez de un proceso que ya tiene raíces. Este logro no solo es un orgullo nacional, sino la consolidación del fútbol panameño como una potencia constante en el istmo.
En contraste con las celebraciones, la gran decepción fue la eliminación de Honduras. La ‘H’, dirigida por el experimentado técnico colombiano Reinaldo Rueda, llegó a la última fecha con opciones de clasificar, pero el empate sin goles ante un rival directo y la victoria de Haití sentenciaron su destino. Rueda no pudo ocultar su frustración ante los medios, visiblemente afectado por quedar fuera del Mundial y del repechaje por un estrecho margen de goles, lo que representa un duro golpe para una de las selecciones tradicionalmente fuertes de la región.
Panamá, Curazao y Haití escriben sus nombres en la historia, marcando un ciclo eliminatorio de Concacaf inolvidable, lleno de sorpresas y emociones hasta el pitazo final.




