El gobierno del presidente Gustavo Petro dio un paso claro hacia el fortalecimiento de sus relaciones bilaterales con China, al anunciar el inicio del proceso para eximir de visa a ciudadanos de ese país. La decisión fue comunicada por la canciller Laura Sarabia a través de su cuenta oficial de X, donde detalló que la medida apunta a facilitar el turismo, el comercio y la inversión extranjera en Colombia.
“En conversación hoy con el presidente @petrogustavo iniciamos el proceso para eximir de visa a los ciudadanos chinos y otras nacionalidades. Un paso clave para facilitar el turismo, el comercio y la inversión en Colombia. Seguimos trabajando, como siempre, con visión compartida y diálogo fluido”, escribió Sarabia en la red social.
Aunque la Cancillería no ha precisado los plazos para que esta medida entre en vigor, ni ha detallado si la exención aplicaría solo a estancias cortas o también a actividades comerciales, la decisión representa una señal concreta sobre la intención del gobierno Petro de diversificar sus alianzas internacionales y facilitar el ingreso de capital y visitantes de mercados estratégicos, como el chino.
¿China, un socio comercial cada vez más relevante para Colombia?
La relación comercial entre China y Colombia ha crecido de forma sostenida en la última década. Actualmente, el gigante asiático es el segundo socio comercial de Colombia, solo superado por Estados Unidos. Según cifras del Departamento Administrativo Nacional de Estadística (DANE), las exportaciones colombianas a China durante 2023 superaron los 6.700 millones de dólares, concentradas principalmente en carbón, petróleo y productos del sector minero-energético.
Por su parte, las importaciones chinas representan una porción significativa de la oferta de tecnología, maquinaria, vehículos y manufacturas en el mercado colombiano. La eliminación de visados podría facilitar no solo los flujos turísticos, sino también una expansión de relaciones empresariales y acuerdos de inversión, en línea con las políticas de apertura que busca impulsar el gobierno Petro en sectores clave.
China ya tiene una presencia importante en Colombia, en sectores como la explotación minera y el de la infraestructura. En este último, los chinos tiene presencia en la construcción del Metro de Bogotá, en el RegioTran, en Hidroituango y algunas carreteras; lo que ya los hace parte del desarrollo en infraestructura colombiana.
Además, la medida se inscribe dentro de una tendencia global, donde varios países de América Latina han flexibilizado o eliminado requisitos de visado para atraer turistas y capital chino. Ejemplos recientes incluyen a Ecuador y Surinam, que han logrado incrementar el flujo de visitantes y, en algunos casos, estimular la inversión directa gracias a acuerdos similares, en lo que se ha llamado el plan de la “Ruta de la Seda”.
Contexto internacional y repercusiones diplomáticas
El anuncio de la Cancillería se produce en un momento de tensiones comerciales marcadas entre China y Estados Unidos, agravadas por la reciente decisión del gobierno de Donald Trump de imponer aranceles que superan el 150% a todos los productos chinos. Paralelamente, el expresidente Donald Trump, desde su campaña de reelección hasta ahora como presidente, ha reiterado sus críticas a la creciente influencia de China en América Latina, en especial en puntos geopolíticos como el Canal de Panamá.
En este contexto, la decisión colombiana podría interpretarse como parte de un esfuerzo por reposicionar al país en el tablero económico global, buscando nuevos equilibrios y canales de cooperación que reduzcan su tradicional dependencia de Estados Unidos en medio de un gobierno opositor a Estados Unidos y que viene siendo incómodo generando varias tensiones con el país del norte. Sin embargo, hasta ahora el gobierno de Petro ha insistido en que la medida responde exclusivamente a intereses económicos y de apertura comercial, pero es clara la motivación politizada de Petro en estas decisiones.
La apertura hacia China también encaja con la visión multipolar que el presidente Petro ha esbozado en foros internacionales, donde ha abogado por una arquitectura global menos centrada en las grandes potencias tradicionales y más orientada a la cooperación Sur-Sur. Bajo esta lógica, la exención de visa es coherente con una política exterior que busca mayor autonomía y diversificación de aliados, en lugar de alineamientos automáticos con potencias específicas, tal como lo señaló en la Celac hace unos días.
Por ahora, la medida será objeto de inicio del proceso y no se descartan ajustes o condiciones específicas para su aplicación. Lo que sí es claro es que Colombia busca adaptarse a un escenario global cambiante, donde China juega un papel central en la economía mundial, y donde atraer su capital humano y financiero puede representar una oportunidad que el gobierno Petro no está dispuesto a dejar pasar. La duda es ¿qué dirá Donald Trump?