El dolor de la humillación sufrida en el Clásico Paisa (5-2 ante Nacional) se convirtió en un aliciente para el Deportivo Independiente Medellín. Los pupilos de Alejandro Restrepo salieron al campo con sed de venganza deportiva y, de paso, a demostrar que la derrota anterior fue un simple tropiezo. El resultado fue una goleada contundente sellada rápidamente, demostrando el poderío de su reactivado ataque.
La clave de la resurrección roja estuvo en la recomposición letal de su tridente ofensivo. Con el retorno de Brayan León y Léider Berrío, se encendió una sociedad explosiva junto al argentino Francisco Fydriszewski. Esta tripleta se mostró implacable y con una puntería afinada que no dio tregua al rival.
El primer tiempo fue todo lo que el DIM necesitaba para sanar sus heridas. Apenas a los cinco minutos de juego, Brayan León Muñiz, se encargó de abrir el marcador con el 1-0. El gol fue una inyección de confianza y el inicio de un asedio que el Bucaramanga no supo cómo contener.
El equipo dirigido por Leonel Álvarez nunca encontró la calma, la cabeza fría ni las ideas para romper el dominio del ‘Poderoso’, sufriendo una presión constante que se tradujo en una rápida caída.
El DIM liquidó el encuentro en un abrir y cerrar de ojos, dejando claro que el tema estaba resuelto antes del descanso. Fydriszewski (38’) puso el segundo tanto, y dos minutos después, Léider Berrío (40’) amplió la ventaja con el 3-0 definitivo. Un knock-out en solo 40 minutos.
La segunda mitad se convirtió en un mero trámite para el Medellín, que se dedicó a gestionar la amplia ventaja sin desgastar a sus figuras. La victoria no solo le devuelve la tranquilidad al equipo de Restrepo, sino que siembra serias preocupaciones en el banquillo del Bucaramanga, que deberá replantear su estrategia tras la contundente demostración de poderío del DIM.
