Este domingo 19 de octubre, más de 7,9 millones de bolivianos votarán en el primer balotaje presidencial desde la reforma constitucional de 2009.
La contienda entre Rodrigo Paz y Jorge Quiroga marca el fin de dos décadas de hegemonía del MAS y abre un nuevo ciclo político en medio de una grave crisis económica.
Bolivia se prepara para una jornada electoral histórica. Por primera vez desde la instauración del mecanismo en la Constitución de 2009, el país celebrará una segunda vuelta presidencial. Los candidatos Rodrigo Paz, del Partido Demócrata Cristiano, y Jorge “Tuto” Quiroga, de la alianza Libre, se disputan el liderazgo de una nación golpeada por la recesión, la escasez de combustibles y la fractura del oficialismo. El Movimiento al Socialismo (MAS), que gobernó durante casi 20 años, quedó fuera de la contienda, marcando un giro radical en la política boliviana.
La inédita segunda vuelta electoral en Bolivia se celebra este domingo 19 de octubre, luego de que ninguno de los candidatos alcanzara el umbral necesario en la primera vuelta del 17 de agosto: 50 % de los votos válidos o 40 % con una ventaja de 10 puntos sobre el segundo. Rodrigo Paz obtuvo el 32,06 % y Jorge Quiroga el 26,70 %, lo que los llevó al balotaje.
Este proceso marca un punto de inflexión en la historia política del país. Por primera vez desde 2005, ni Evo Morales ni un candidato respaldado por él figura en la papeleta. La fractura entre Morales y el actual presidente Luis Arce debilitó al MAS, que apenas logró un 3 % de apoyo en la primera vuelta.
La elección se da en un contexto de crisis múltiple: Bolivia enfrenta una recesión profunda, escasez de divisas y combustibles, inflación desbordada y una deuda externa que supera el 80 % del PIB. El país necesita entre 55 y 60 millones de dólares semanales para importar hidrocarburos, según el Ministerio de Hidrocarburos.
Ambos candidatos proponen modelos económicos distintos. Quiroga apuesta por acudir al Fondo Monetario Internacional (FMI) para inyectar dólares en la economía, mientras Paz promete un “capitalismo para todos” sin endeudamiento externo, con créditos baratos y descentralización del presupuesto nacional.
En política exterior, ambos se alejan del eje Venezuela-Cuba-Nicaragua y buscan acercamientos con Estados Unidos, Europa y los países vecinos como Brasil, Argentina y Chile.
Sea cual sea el resultado, Bolivia iniciará un nuevo ciclo político sin la izquierda en el poder. El MAS, que dominó cuatro elecciones consecutivas y un referendo, ha quedado reducido a una fuerza marginal. La segunda vuelta también será el primer gobierno sin la presencia de Evo Morales ni Luis Arce en el Ejecutivo.
El Tribunal Supremo Electoral ha garantizado la transparencia del proceso, con observadores internacionales de la Unión Europea y la OEA, y un sistema de transmisión directa de actas desde los recintos electorales.