El presidente de Colombia, Gustavo Petro, se encuentra liderando una cruzada en solitario en su insistencia sobre la supuesta compra y uso del software de espionaje israelí Pegasus en el país. A pesar de las múltiples declaraciones en contra por parte de funcionarios de su propio gobierno y organismos de seguridad, Petro sigue adelante con su versión.
Esta situación ha generado un desconcierto notable, pues hasta la fecha no se ha presentado evidencia clara que respalde sus afirmaciones. ¿Qué está detrás de esta insistencia? ¿Es esta una estrategia para desviar la atención de otros problemas de su gobierno o una verdadera preocupación por la seguridad nacional?
La versión del Presidente
Desde que el tema del software Pegasus apareció en la agenda pública, Petro ha sostenido que el software de espionaje, utilizado en varios países del mundo para infiltrarse en dispositivos móviles y extraer información sensible, fue comprado y utilizado en Colombia. Según el Presidente, hubo vuelos que transportaron al país a representantes de la empresa israelí responsable del software, y estos encuentros habrían tenido como objetivo concretar la venta de Pegasus para ser usado por organismos de inteligencia colombianos.
Petro ha sido categórico al señalar que tiene información que lo respalda, llegando incluso a mencionar al CEO de la empresa fabricante del software como el principal actor detrás de la supuesta venta. Según su versión, este sofisticado programa de espionaje fue implementado para realizar seguimientos y obtener información de actores políticos y sociales en Colombia, como parte de una operación de vigilancia masiva y clandestina.
Petro ha insistido en hablar de cifras pagadas en dinero en efectivo, bancos en donde supuestamente se depositó la plata en Israel, personas que supuestamente viajaron a Colombia para recoger el dinero, vuelos de aviones israelíes en los que supuestamente se trasladó a la gente que cobraría por Pegasus, hasta ha señalado que todo esto se hizo en el pasado gobierno de Iván Duque; pero de nada de ello hay pruebas contundentes que soporten la versión del Presidente ni rastro de software.
La falta de respaldo institucional
Sin embargo, a pesar de la firmeza con la que Petro ha presentado su narrativa, la mayoría de los altos funcionarios de su gobierno que tienen que ver con el sector seguridad e inteligencia, han desmentido categóricamente la existencia de pruebas que confirmen la adquisición o uso de Pegasus en Colombia. El ministro de Defensa, Iván Velásquez, ha sido uno de los primeros en afirmar que no hay evidencia que respalde las declaraciones del mandatario. De igual forma, la fiscal general de la Nación, Luis Adriana Camacho, ha negado rotundamente que el software haya sido adquirido por el Estado colombiano durante su mandato.
Además de las declaraciones de Velásquez y Camacho, otros actores clave del ámbito de la seguridad también han negado la existencia de cualquier relación con Pegasus. El director Nacional de la Policía, William Salamanca, ha insistido en que no existen registros ni documentos que indiquen que el software haya sido utilizado por las fuerzas del orden. Incluso el comandante de las Fuerzas Militares, los directores de inteligencia y otros organismos gubernamentales, han dejado claro que no hay evidencia en los archivos de inteligencia que respalden la versión del jefe de Estado.
Ante este rechazo generalizado, el presidente Gustavo Petro se encuentra solo, sin el respaldo de los organismos que, en teoría, deberían tener conocimiento sobre cualquier compra o uso de tecnología de espionaje. La gran pregunta que queda en el aire es: si ni siquiera las agencias de seguridad del Estado tienen información al respecto, ¿de dónde proviene la información que Petro ha utilizado para fundamentar sus acusaciones?
Pegasus: Un fantasma sin pruebas
El software Pegasus ha sido un tema polémico en varios países del mundo. Se trata de una tecnología desarrollada por la empresa israelí NSO Group, que permite a sus usuarios infiltrarse en dispositivos móviles sin dejar rastros. A lo largo de los últimos años, Pegasus ha sido vinculado a casos de espionaje político y seguimiento a periodistas y activistas en varias naciones, lo que ha generado un intenso debate sobre el uso de estas tecnologías por parte de gobiernos y agencias de seguridad.
En el caso colombiano, sin embargo, el tema parece haberse quedado en el plano de la especulación presidencial. A pesar de las permanentes afirmaciones de Petro, no se ha presentado ninguna prueba concreta que indique que Pegasus fue comprado o utilizado en el país. Las fechas y vuelos mencionados por el Presidente no figuran en los registros de las fuerzas de seguridad ni en los informes de inteligencia. Esto ha llevado a muchos a preguntarse si la versión de Petro tiene algún fundamento real o si se trata de una estrategia política para desviar la atención de otros problemas que enfrenta su administración.
La respuesta de los medios y el aparato gubernamental
Ante el silencio de las agencias de seguridad y el rechazo de los altos funcionarios del gobierno, los únicos que parecen apoyar abiertamente la versión de Petro son Holman Morris, el exconcejal cercano al Presidente, gerente del sistema de medios públicos RTVC, que ha sido criticado por algunos sectores, por haberse convertido en un vehículo de propaganda gubernamental.
RTVC ha jugado un papel importante en la difusión de la narrativa del presidente, brindando espacio para que Petro exponga sus teorías sobre Pegasus sin que haya un cuestionamiento crítico o una verificación de los hechos y haciendo informes periodísticos basados en la teoría presidencial. Esta alineación del sistema de medios públicos con el discurso del mandatario de los colombianos ha generado fuertes críticas, ya que muchos ven en ello un intento de manipular la opinión pública a favor del gobierno, sin ofrecer una cobertura equilibrada y objetiva de los hechos.
Sin embargo, ni siquiera este respaldo mediático parece suficiente para contrarrestar el escepticismo que ha generado la versión de Petro en amplios sectores de la sociedad. La falta de pruebas y el rechazo por parte de los organismos de seguridad han debilitado la credibilidad de las afirmaciones del jefe de Estado, y cada vez más voces dentro del país se preguntan si todo esto no es más que una cortina de humo para desviar la atención de los crecientes problemas que enfrenta su administración y las investigaciones de su presunta campaña fraudulenta.
Una cortina de humo para tapar los escándalos
La insistencia del Presidente en el tema Pegasus ha generado especulaciones sobre sus verdaderas intenciones. Algunos analistas sugieren que Petro podría estar utilizando el caso como una estrategia para desviar la atención de los múltiples escándalos que han sacudido a su gobierno en los últimos meses. Entre estos destacan las denuncias sobre irregularidades en su campaña electoral, las dificultades para implementar reformas clave, el fracaso de la “paz total”, el círculo de corrupción de UNGRD y la creciente insatisfacción popular por la falta de resultados en áreas como la seguridad y la economía.
El escándalo Pegasus, en este sentido, podría estar siendo utilizado como una cortina de humo para desviar el foco mediático hacia un tema de espionaje internacional que, por su naturaleza, es difícil de verificar en el corto plazo. Al centrarse en este tema, el gobierno podría estar intentando minimizar el impacto de las críticas que enfrenta por su gestión interna, evitando así un escrutinio más profundo sobre otros asuntos prioritarios para el país.
El aislamiento del Presidente
A pesar de todos sus esfuerzos, Petro parece haberse quedado solo en su cruzada Pegasus. Los altos funcionarios de su gobierno, las fuerzas de seguridad y los organismos de inteligencia han dejado claro que no respaldan sus afirmaciones, y la falta de pruebas concretas ha hecho que incluso algunos de sus aliados políticos comiencen a distanciarse de esta narrativa.
El aislamiento del Presidente en este tema es palpable. La falta de un respaldo institucional sólido, sumada a las crecientes críticas de la opinión pública, ha debilitado su posición en este y otros frentes. Mientras tanto, la historia de Pegasus sigue siendo un misterio, pero uno que, hasta el momento, carece de fundamentos sólidos para sostenerse como una preocupación real para la seguridad nacional.
La soledad de Petro en el caso Pegasus
En resumen, la cruzada de Gustavo Petro en el tema Pegasus lo ha dejado solo. A pesar de su insistencia, no ha logrado convencer ni a sus propios funcionarios ni a la opinión pública de que el software fue adquirido y utilizado en Colombia. En lugar de fortalecer su posición, esta narrativa ha generado más preguntas que respuestas, y ha puesto en evidencia el aislamiento del mandatario en este tema.
El futuro de esta controversia es incierto, pero lo que sí está claro es que, sin pruebas concretas, el caso Pegasus corre el riesgo de quedar en el olvido como una de las muchas controversias que han marcado al gobierno de Gustavo Petro.