En declaraciones recientes, Alexander Díaz Mendoza, alias Calarcá, sostuvo que la emboscada en la que fueron asesinados siete militares en el departamento de Guaviare se trató de un “accidente”.
Según explicó en una entrevista a Semana, el hecho fue resultado de una confusión entre los uniformados y miembros de otro grupo armado al mando de alias Iván Mordisco, que también opera en la zona.
De acuerdo con sus palabras, el incidente ocurrió mientras combatientes del bloque Jorge Suárez Briceño realizaban labores de patrullaje. Al detectar la presencia de hombres armados en el área, abrieron fuego creyendo que se trataba de un grupo enemigo.
“Se formó el tiroteo, en medio de la confusión, pensando que se trataba de tropas de Iván Mordisco, porque ellos están en esa región”, manifestó. Añadió además que el hecho no fue planificado y reiteró que se trató de un error. “¿Se puede imaginar, si el hecho hubiera sido planificado por nosotros, qué hubiera pasado? Nunca fue planificado. Reitero, fue un accidente”, afirmó.
El ataque, ocurrido en medio del cese al fuego decretado por el Gobierno nacional, generó reacciones en diversos sectores y abrió nuevos cuestionamientos sobre el avance de los diálogos con los grupos armados.
Según información del Ejército Nacional, los soldados atacados se encontraban realizando labores de acompañamiento en la zona. Las autoridades señalaron como responsables a integrantes de la estructura disidente comandada por Calarcá, que mantiene presencia activa en el sur del país.
Durante la entrevista, Calarcá también expresó críticas hacia el Ejecutivo, señalando que los compromisos adquiridos en el marco de los procesos de paz no han sido cumplidos. “Este Gobierno no ha sido capaz de cumplir ni siquiera el 1% de lo acordado. ¿Con qué cara nos van a hablar a nosotros de reagrupamiento? ¿De zonas de concentración? Pareciera que fuera una celada”, declaró.
En ese mismo contexto, negó la posibilidad de avanzar hacia un acuerdo de paz con el gobierno actual y aseguró que no entregará las armas. Indicó que su disposición a negociar dependería de una futura administración. Estas afirmaciones contrastan con declaraciones anteriores emitidas por su facción sobre voluntad de diálogo y participación en procesos de paz.
Por otra parte, la estructura armada bajo su mando publicó un comunicado en redes sociales en el que se adjudican el ataque y mencionan la retención de cinco militares, versión que no fue confirmada por el líder disidente durante su entrevista. La contradicción entre ambas versiones ha generado dudas sobre las verdaderas circunstancias del hecho y la coherencia del mensaje entregado por esta facción armada.
La Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) se pronunció sobre lo sucedido y condenó el asesinato de los siete militares. En su comunicado, la organización internacional hizo un llamado al Estado colombiano para que implemente de manera efectiva los compromisos adquiridos en el Acuerdo de Paz de 2016.
El ataque, ocurrido en un contexto de diálogos con varios grupos armados, ha sido motivo de pronunciamientos por parte de diferentes sectores políticos, sociales e internacionales, que han advertido sobre el impacto de estos hechos en la estabilidad de las regiones más afectadas por el conflicto armado.