La Contraloría General de la República ha lanzado una severa advertencia sobre las graves consecuencias de las políticas del gobierno de Gustavo Petro, que estarían llevando al país al borde de una crisis económica y energética nunca antes vista. Según el ente de control, los datos revelan un panorama preocupante que podría afectar de forma irreversible el desarrollo de Colombia.
Crisis en el recaudo tributario
En los primeros ocho meses del año, los ingresos tributarios registraron una caída del 8,2 %, dejando un déficit de 74 billones de pesos en el Presupuesto General de la Nación para 2024. Esta es la peor contracción en décadas, y expertos aseguran que pone en riesgo el cumplimiento de las promesas del actual gobierno.
El desplome del recaudo compromete sectores clave como salud, educación e infraestructura, mientras las reformas planteadas por el Ejecutivo no han logrado dar confianza a los inversionistas ni garantizar un flujo constante de recursos.
Destrucción del sector energético
La Contraloría también denunció el impacto de las decisiones gubernamentales sobre el petróleo, el gas y el carbón, sectores que históricamente han sido el motor económico de muchas regiones. La reducción en las regalías ha golpeado duramente a las comunidades que dependen de estos recursos, aumentando la pobreza y la desigualdad.
El caso de Ecopetrol es particularmente alarmante. Desde la llegada de Gustavo Petro al poder, las utilidades de la empresa han caído significativamente, mientras el precio de su acción ha perdido casi un 50% de su valor. Estas cifras son un reflejo de la incertidumbre que generan las políticas del gobierno en el sector energético.
Un futuro energético en riesgo
La advertencia también señala que la falta de inversión y planificación energética podría llevar al desabastecimiento de gas y energía a partir de 2025. La crisis energética amenaza no solo a los hogares colombianos, sino también a la competitividad del país en el ámbito internacional.
El llamado a la recuperación
Frente a este panorama, líderes económicos y políticos han insistido en la necesidad de corregir el rumbo. De cara a las elecciones de 2026, se proyecta un cambio de enfoque que permita recuperar la economía, fortalecer el sector energético y devolver a las regiones su papel como motores del desarrollo nacional.
“La prioridad debe ser garantizar empleo, calidad de vida y sostenibilidad energética. Colombia no puede seguir en este camino de incertidumbre”, afirmaron fuentes consultadas.
El país está en un punto de inflexión, y las decisiones que se tomen en los próximos meses serán determinantes para su futuro económico y social.