Esa mañana del 13 de agosto de 1999 mientras se dirigía a su trabajo a Radionet, sicarios acabaron con la vida de Jaime Garzón, dos individuos que se desplazaba en una motocicleta y mientras esperaba el cambio de semáforo en la avenida de la Esperanza esquina de sur de Conferías, dispararon contra su humanidad, en un intento de huir la camioneta avanzo unos metros, pero termino estrellándose contra un poste, allí se silenció para siempre el creador de esos personajes que marcaron la vida de muchos colombianos.
Dioselina Tabaná, la empleada del servicio de la Casa de Nariño que contaba las intimidades del poder; Heriberto de la Calle, ese lustrabotas que ponía en aprietos a sus entrevistados; Godofredo Cínico Caspa, típico bogotano que defendía a la casta política tradicional del Colombia; Néstor Elí, el portero del edificio Colombia donde residían los que ostentaban el poder; Inti de la Hoz, esa periodista de alto estrato que estudio en el extranjero mirando la realidad desde la clase alta; Emerson de Francisco el muy bien puesto presentador de Zoociedad y otras creaciones de Jaime Garzón, también los silenciaron las balas asesinas de esa mañana del 13 de agosto de 1999 en Bogotá.
Unas primeras investigaciones llevan a que los paramilitares, en cabeza de Carlos Castaño, no vieron con buenos ojos las críticas que Garzón les lanzaba y por esto dieron la orden de asesinar al periodista, abogado, humorista, político, profesor, que no perdonaba a los corruptos, violentos, políticos y diversos personajes de la vida nacional.
Según Salvatore Mancuso, la orden fue entregada por el mismo Carlos Castaño, que acusaba a Jaime Garzón de ser un simpatizante de las guerrillas de las FARC, que había utilizado su labor como mediador para liberación de secuestrados en beneficio propio, pero la familia siempre ha afirmado que el crimen está aún en la impunidad y que detrás del magnicidio hay otros intereses.
Hoy, 25 años después, Jaime Garzón es recordado y conocido aún por las generaciones jóvenes, en su honor se lanza, por parte de su hermano Alfredo Garzón y la dramaturga Verónica Ochoa, la novela gráfica, Garzón, El Duelo Imposible, además se tienen previstos homenajes donde está su estatua que recuerda el sitio de ese trágico 13 de agosto.
A pesar de los años, el recuerdo de Jaime Garzón y sus personajes seguirán en la memoria de los colombianos.