Armando Benedetti llegó pisando fuerte al Palacio de Nariño organizado una reunión secreta en un intento por reactivar la reforma a la salud, aunque algunos congresistas ya han denunciado presiones políticas para intentar destrabar el proyecto de ley que permanece engabetado en la Cámara de Representantes.
La reforma sigue atascada debido a la negativa de dos de los tres miembros de la mesa directiva de la corporación, quienes exigen que el Ministerio de Salud cumpla con las órdenes de la Corte Constitucional antes de dar vía libre a la discusión, es decir, que el ministro de Salud, Guillermo Jaramillo, cumpla con la sentencia de la Corte Constitucional que ordena el reajuste de la Unidad de Pago por Capitación (UPC) para los años 2024 y 2025.
Jorge Rodrigo Tovar, primer vicepresidente y representante de las curules de paz, ha sido uno de los principales opositores a la inclusión del proyecto en el orden del día. El congresista ha sido enfático en que la reforma no se discutirá hasta que el ministro de Salud, Guillermo Jaramillo, cumpla con la sentencia de la Corte, y su postura es compartida por la segunda vicepresidenta, Lina María Garrido, de Cambio Radical.
Ante esta situación, el ministro del Interior, Armando Benedetti, convocó a 25 congresistas en la Casa de Nariño el pasado miércoles 26 de febrero para tratar de ganar apoyos a la reforma. A esta reunión asistieron representantes del Pacto Histórico, la Alianza Verde y miembros del Partido Liberal cercanos al petrismo.
En un comienzo esta reunión estuvo liderado por Benedetti y la directora del Dapre -Departamento Administrativo de la Presidencia-, Angie Lizeth Rodríguez, pero la llegada no esperada del presidente Gustavo Petro dejó en evidencia la urgencia del mandatario en sacar la reforma.
Esta reunión a escondidas en la Casa de Nariño es una muestra del afán del Ejecutivo por imponer su agenda sin considerar las exigencias legales ni las demandas de los propios legisladores.
La oposición ha señalado que, antes de insistir en el debate, el Gobierno debe garantizar el cumplimiento de las órdenes judiciales y asegurar que los recursos del sector salud sean manejados con transparencia y sin improvisaciones.
Tovar, quien asistió brevemente a la reunión, denunció que el encuentro tenía la clara intención de presionarlo para cambiar su postura.
“Mi permanencia en la reunión no duró más de 20 minutos (lo que molestó a algunos). Llegué, pedí la palabra, solicité al Gobierno que cumpliera con las órdenes de la honorable Corte Constitucional, reiteré que el agendamiento de la reforma solo se discutiría con la mesa directiva y las bancadas y no con el Gobierno. Posteriormente, abandoné inmediatamente la reunión. Me cuentan que después llegó el presidente”, declaró el congresista.
Al parecer, la estrategia de Armando Benedetti de recurrir a reuniones secretas y presiones políticas genera más desconfianza en un proyecto ya cuestionado por diversos sectores políticos, académicos y científicos.
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