El Programa Mundial de Alimentos (PMA) y la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) publicaron un informe conjunto en el que señalan que Colombia enfrenta una situación crítica de inseguridad alimentaria, vinculada al desplazamiento forzado y al confinamiento de comunidades por cuenta de la violencia.
De acuerdo con el documento, cerca del 15% de la población colombiana —equivalente a unos 7,8 millones de personas— requiere asistencia alimentaria urgente en el año 2025. Aunque Colombia no fue incluida entre los 13 países y territorios donde se espera un agravamiento severo de la situación, sí aparece en una categoría de observación, junto a Bolivia, por la persistencia de condiciones que demandan seguimiento constante.
Lola Castro, directora regional para América Latina y el Caribe del PMA, afirmó en declaraciones a la agencia EFE que la situación humanitaria está afectada por los desplazamientos internos, que se han incrementado durante los primeros meses del año. Según estimaciones, entre 700.000 y 900.000 personas se han visto obligadas a abandonar sus hogares en zonas como Arauca y Catatumbo.
El informe señala que la violencia contra la población civil ha generado dificultades de acceso a bienes básicos, mercados y servicios, profundizando la inseguridad alimentaria en diversas regiones del país. Castro explicó que muchas comunidades enfrentan limitaciones para movilizarse, comercializar sus productos o acceder a la educación, debido al confinamiento y al aislamiento prolongado.
La funcionaria también indicó que el conflicto interno se suma a los efectos de la crisis climática, impactando principalmente a zonas rurales donde la agricultura es el principal medio de subsistencia. Aunque algunas zonas urbanas también experimentan condiciones similares, la afectación es más pronunciada en sectores apartados sin infraestructura adecuada.
En el mismo informe, Haití aparece como el país más afectado por la inseguridad alimentaria en América Latina y el Caribe, seguido por Bolivia, donde se reportan dificultades relacionadas con la inflación, la escasez de combustibles y la disminución de reservas internacionales.
La situación en Colombia permanece bajo vigilancia por parte de organismos internacionales que monitorean los efectos humanitarios del conflicto armado, el desplazamiento forzado y las condiciones climáticas sobre la seguridad alimentaria.
