En un comunicado oficial emitido desde Caracas, el Gobierno de la República Bolivariana de Venezuela anunció la ruptura de relaciones diplomáticas con Paraguay, marcando un nuevo capítulo de tensiones en la política regional. La decisión, según el gobierno de Nicolás Maduro, responde a las recientes declaraciones del presidente paraguayo, Santiago Peña, las cuales fueron calificadas como un ataque directo a los principios de soberanía y no intervención.
El comunicado venezolano rechaza categóricamente las declaraciones de Peña, a quien acusan de “ignorar el derecho internacional y el principio de no intervención”. Además, lo señalan de revivir “prácticas fracasadas” asociadas al extinto Grupo de Lima, una coalición que en su momento promovió la figura de Juan Guaidó como presidente interino de Venezuela.
“Es lamentable que gobiernos como el de Paraguay sigan subordinando su política exterior a los intereses de potencias extranjeras, promoviendo agendas destinadas a socavar los principios democráticos y la voluntad de los pueblos libres”, señala el comunicado oficial.
En respuesta, el gobierno venezolano anunció la ruptura total de relaciones diplomáticas con Paraguay y el retiro inmediato de su personal diplomático acreditado en ese país. Según el texto, esta medida es un ejercicio pleno de su soberanía y busca rechazar lo que califican como “bufonadas” impulsadas por sectores alineados con el “fascismo internacional”.
El comunicado también reafirma el compromiso de Venezuela con la defensa de la democracia, la paz y la autodeterminación de los pueblos, principios que consideran esenciales en la Carta de las Naciones Unidas.
Contexto regional
Este rompimiento marca un nuevo episodio de aislamiento entre Venezuela y algunos gobiernos de la región, en un contexto donde el gobierno de Maduro busca reafirmar su legitimidad frente a las críticas internacionales. Paraguay, bajo el liderazgo de Santiago Peña, ha adoptado una postura crítica hacia Caracas, señalando preocupaciones sobre la situación democrática en Venezuela.
Por su parte, Venezuela ha denunciado constantemente lo que considera una injerencia extranjera en sus asuntos internos, acusando a países como Paraguay de ser parte de una agenda promovida por potencias internacionales para desestabilizar a su gobierno.
Implicaciones diplomáticas
La ruptura de relaciones podría tener repercusiones en varios niveles, especialmente en los vínculos económicos y políticos entre ambos países. Aunque el comercio bilateral no representa un volumen significativo, esta decisión simboliza un endurecimiento de posturas que podría influir en la dinámica de cooperación regional, especialmente en organismos multilaterales como la Organización de Estados Americanos (OEA) o la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (CELAC).
Hasta el momento, no se han conocido reacciones oficiales de la comunidad internacional o de Paraguay sobre esta decisión. Sin embargo, se espera que las declaraciones de Caracas generen una respuesta del gobierno de Santiago Peña, quien ha mantenido una postura firme frente al régimen de Maduro.
Un panorama de incertidumbre
La ruptura de relaciones entre Venezuela y Paraguay refleja las profundas divisiones políticas que aún persisten en América Latina, en especial respecto al manejo de la crisis venezolana. Mientras algunos gobiernos buscan tender puentes con el régimen de Maduro, otros, como Paraguay, mantienen una postura crítica sólo cuatro días de qué se vuelva a producir el investidura de maduro como presidente de Venezuela pese al evidente fraude electoral.
El futuro de las relaciones entre ambos países queda en el aire, en un escenario donde las tensiones diplomáticas parecen lejos de resolverse. Por ahora, Caracas reafirma su decisión de defender su soberanía, mientras que Paraguay se perfila como uno de los principales opositores al régimen bolivariano en el continente.