El pasado jueves 24 de abril se llevó a cabo un plantón en el municipio de Fusagasugá, Cundinamarca, frente a la estatua del exciclista Luis Alberto “Lucho” Herrera. La manifestación fue convocada por personas que se identifican como víctimas del conflicto armado, tras la condena del exparamilitar alias «Ojitos» por la desaparición y asesinato de cuatro campesinos en 2002.
Durante el plantón, algunos de los manifestantes vandalizaron la estatua del ciclista. La estructura fue cubierta con pintura roja y se le colgó un objeto con apariencia de fusil.
En el fallo del juzgado que condenó a alias «Ojitos» a más de 20 años de prisión, se compulsaron copias a la Fiscalía General de la Nación para que investigue al exciclista profesional por su presunta participación en los hechos.
En los testimonios de tres exparamilitares se menciona que Herrera habría tenido interés en que se ejecutaran acciones contra las víctimas. Uno de los testimonios indica que el exciclista habría entregado dos sobres de manila: uno con fotografías de los campesinos y otro con 40 millones de pesos para la compra de armas.
Inicialmente, los exparamilitares afirmaron que las víctimas estaban vinculadas con milicias de las Farc. Posteriormente, señalaron que habrían sido engañados, sugiriendo que la verdadera motivación estaría relacionada con un interés de Herrera en adquirir terrenos colindantes con su propiedad en Fusagasugá.
Lucho Herrera se presentó en el lugar del plantón, donde se registraron enfrentamientos verbales con algunos manifestantes. El exciclista expresó que «le duelen mucho esas cosas», en referencia al estado de la estatua, y aseguró estar dispuesto a colaborar con las autoridades judiciales.
Autoridades locales llegaron al sitio para brindar acompañamiento y garantizar el orden público durante la jornada.