La Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito, UNODC, presentó el Informe Mundial sobre las Drogas 2025, en el que advierte que una nueva era de inestabilidad global ha intensificado los retos frente al fenómeno mundial de las drogas. El reporte señaló que esta coyuntura ha fortalecido a las redes de delincuencia organizada y ha elevado el consumo de sustancias a niveles históricamente altos.
Uno de los hallazgos más relevantes del informe es el incremento récord en la producción mundial de cocaína, que en 2023 alcanzó las 3.708 toneladas de droga pura, lo que representa un aumento del 34 % con respecto a 2022. De acuerdo con la UNODC, este incremento se debe principalmente al crecimiento de los cultivos en Colombia, país que concentra el 67 % de los cultivos de coca a nivel global, consolidándose como el principal proveedor mundial del alucinógeno.
Tras conocerse los resultados del informe, el presidente Gustavo Petro se pronunció desde el Catatumbo, durante un evento relacionado con agroindustria y comercialización en esta región afectada por el conflicto y el narcotráfico. En su intervención, el mandatario cuestionó la metodología empleada por la ONU para calcular el “potencial de producción” de cocaína, señalando que, aunque las hectáreas sembradas se han mantenido relativamente estables, el informe refleja un aumento exponencial en la productividad por hectárea.
El mandatario indicó que, “El estudio dice que de un año para otro, del 2022 al 2023, se duplicó la productividad de la hoja de coca por hectárea en toda Colombia. Eso es una trampilla contra nosotros”. Además, sostuvo que la problemática del narcotráfico no tiene su raíz en Colombia, sino en los países consumidores, “Desde hace 50 años ha corrido mucha sangre en Colombia. Cerca de 200.000 asesinatos, muchos en el Catatumbo. Este fenómeno no lo generan los colombianos, sino los consumidores a los que sus propias leyes les prohíben consumir”.
Petro también hizo un llamado a revisar los estándares morales y jurídicos de la política antidrogas internacional, al hacer la siguiente pregunta, “¿Qué es más dañino: el whisky o la cocaína? Siempre he dicho que estas son cosas de la ciencia, no de la política”.
En este contexto, el informe de la UNODC detalló que la mayoría del tráfico de cocaína desde Colombia se realiza por la costa pacífica hacia el norte, con destinos primarios en Ecuador y otros países para su posterior transporte marítimo. Entre 2020 y 2023, Colombia, Perú y Brasil fueron los principales países de origen de los cargamentos de cocaína a nivel mundial.
Por vía marítima, el tráfico desde Colombia se dirige con mayor intensidad hacia Estados Unidos, Brasil, Venezuela, México y Jamaica. Por tierra, los principales destinos son Venezuela y El Salvador.
Este panorama cobra relevancia en el contexto de la certificación que otorga el Departamento de Estado de Estados Unidos, que evalúa el compromiso de los países en la lucha contra el narcotráfico.
El país no ha sido descertificado desde 1997, durante el gobierno de Ernesto Samper. Una descertificación afectaría el flujo de ayuda económica desde la Casa Blanca y dificultaría el acceso a préstamos internacionales, especialmente del Fondo Monetario Internacional.
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