La Universidad Nacional de Colombia (UNAL) atraviesa una situación compleja tras perder una donación de 12 millones de euros (aproximadamente 55.000 millones de pesos) destinada a la construcción de infraestructura en su sede de Tumaco, ubicada en el occidente del país.
La pérdida de estos recursos fue confirmada por el vicerrector general de la universidad, Andrés Felipe Mora, quien explicó que el incumplimiento de los objetivos pactados y una serie de problemas administrativos y técnicos desde 2016, dieron lugar a la interrupción del convenio con la cooperación internacional.
De acuerdo con Mora, las dificultades comenzaron en 2018, cuando los diseños de la infraestructura presentaron fallas significativas, como el incumplimiento de las normas nacionales de sismorresistencia.
Esta situación, particularmente crítica en una zona como Tumaco, altamente sísmica, causó varios aplazamientos y suspensiones del proyecto. Los retrasos se extendieron hasta 2020, cuando la pandemia de COVID-19 complicó aún más la ejecución de los planes.
Además, durante el proceso se identificaron irregularidades en los contratos. En 2024, una convocatoria pública para la adjudicación del proyecto fue declarada desierta, lo que llevó a una adjudicación mediante invitación directa, un proceso que no evitó la pérdida del recurso. La Contraloría General de la República ya había señalado anomalías en la gestión del proyecto en años anteriores.
En una reciente entrevista, el vicerrector Mora expresó: “Es inexplicable que la universidad, formadora de los mejores ingenieros y arquitectos del país, haya aprobado diseños con errores tan evidentes. Esto demuestra una falla institucional que debemos asumir como Universidad Nacional”.
Mora señaló que las responsabilidades recaen sobre administraciones pasadas y sobre el consorcio encargado de los diseños y la interventoría, Intereco.
El vicerrector aseguró que la universidad está trabajando con el Ministerio de Educación para buscar la sustitución de estos fondos por recursos nacionales y así continuar con la construcción del proyecto.
Además de la situación en Tumaco, la Universidad Nacional enfrenta otro desafío relacionado con disturbios protagonizados por encapuchados en su sede de Bogotá. Aunque se reportó una reducción del 60% en estos actos violentos gracias a estrategias pedagógicas y de diálogo, reconoció que aún persisten incógnitas sobre la identidad de los responsables, ya que no parecen ser estudiantes de la institución.
