En los últimos 20 años, los embalses que alimentan las hidroeléctricas en Colombia no habían registrado niveles tan bajos para esta época del año.
Actualmente, se reporta que el nivel promedio de los embalses es del 53,64%, una cifra preocupante si se compara con el mínimo histórico anterior, que para un 20 de octubre era del 63,57%. Esta diferencia de casi 10 puntos porcentuales refleja la gravedad de la situación.
Desde el mes de septiembre, los niveles de los embalses han caído a mínimos históricos, encendiendo las alarmas en el sector energético. A pesar de que las lluvias recientes y el incremento en la generación de plantas térmicas han ayudado a frenar la caída, el nivel de los embalses se ha mantenido estancado alrededor del 53% en los últimos días. Según lo establecido en el Estatuto para Situaciones de Riesgo de Desabastecimiento, el país ha tenido que recurrir a las plantas térmicas para compensar la menor producción hidroeléctrica.
Este escenario presenta una preocupación significativa, ya que las hidroeléctricas son la principal fuente de energía en Colombia, y un descenso sostenido en los niveles de los embalses podría poner en riesgo el abastecimiento energético del país. Las autoridades y expertos del sector se mantienen vigilantes ante la posibilidad de que un fenómeno climático prolongado, como El Niño, agrave aún más la situación.
El estancamiento en los niveles de los embalses pone en evidencia la necesidad de fortalecer la diversificación de las fuentes de energía en el país, para garantizar la sostenibilidad del sistema eléctrico a largo plazo y mitigar los impactos de futuras crisis hídricas.