El Presidente de los Estados Unidos, Donald Trump, dio inicio a su gira a Medio Oriente con un enfoque claro. Se trata de establecer acuerdos comerciales en sectores estratégicos como defensa, aviación, energía y nuevas tecnologías. La primera parada del mandatario fue Arabia Saudita.
A su llegada, Trump fue recibido por el ministro de Defensa y príncipe heredero Mohamed bin Salmán, quien lidera de facto el reino. La delegación estadounidense está conformada por el secretario de Estado, Marco Rubio; el de Defensa, Pete Hegseth; el del Tesoro, Scott Bessent; el de Comercio, Howard Lutnick; y el de Energía, Chris Wright, según confirmaron imágenes difundidas por la Casa Blanca.
Este es el segundo viaje internacional que realiza Trump desde el inicio de su mandato. El primero fue a Roma, para participar en el funeral del Papa Francisco. La presente gira, que también incluirá paradas en Qatar y Emiratos Árabes Unidos, subraya la importancia estratégica de estos países en el tablero geopolítico actual.
La portavoz de la Casa Blanca, Karoline Leavitt, aseguró que el Presidente busca promover una visión de comercio e intercambio que contribuya a derrotar el extremismo. La elección de los estados más ricos del Golfo, todos con vastas reservas de petróleo, resalta el interés económico de la administración. Desde Washington se proyecta la posibilidad de acuerdos de gran envergadura financiera.
La decisión de iniciar su diplomacia internacional con países del Golfo representa un cambio frente a la tradición de sus predecesores, que solían priorizar visitas a naciones vecinas. Con ello, la Casa Blanca marca una nueva línea de prioridades en su política exterior.
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