Aunque la construcción de la primera línea del metro de Bogotá avanza con un 57,6% de ejecución al corte del 30 de junio de 2025, el desarrollo de las troncales alimentadoras que deben integrarse al sistema presenta múltiples demoras, contratos vencidos y licitaciones revocadas.
Así lo señaló el más reciente informe de Bogotá Cómo Vamos, que advierte sobre el estado de la infraestructura de movilidad en la ciudad.
Las troncales de las avenidas 68, Ciudad de Cali y carrera Séptima, fundamentales para el funcionamiento del sistema integrado, no han cumplido con los cronogramas establecidos. Ninguna de ellas ha sido entregada y los retrasos, según el análisis, alcanzan hasta 48 meses en algunos frentes.
La troncal de la avenida 68, que comenzó obras en 2021 y tenía una fecha inicial de finalización en 2026, ahora se proyecta para 2027. Está dividida en ocho grupos constructivos, todos con avances superiores al 50%, pero con rezagos frente a los plazos originales. El Grupo 5 lidera el avance con un 96,5% de ejecución, pero registra un retraso de 16 meses. Le siguen el Grupo 4 con 74,29% y el Grupo 3 con 60,96%, este último con solo dos meses de desfase.
Otros frentes como los Grupos 2 y 9 muestran los mayores rezagos, de hasta 20 meses. Grupos 1, 7 y 8 acumulan demoras de 18 meses, con una nueva fecha de entrega estimada para agosto de 2027.
En la avenida Ciudad de Cali, las obras iniciadas en 2021 tenían que estar listas en 2023, pero ahora su entrega está prevista para diciembre de 2026. El Grupo 1, con un 99,99% de avance, tuvo que entregarse en mayo de 2025, pero acumula 28 meses de retraso. El Grupo 3 registra un 96,01% y presenta una demora de 29 meses.
El Grupo 2, con un avance del 62,3%, figura con contrato caducado. Su entrega fue reprogramada para diciembre de 2026, lo que representa un desfase de 48 meses. El Grupo 4, con 73,21% de ejecución, presenta 26 meses de retraso. El informe evidencia un atraso generalizado en todos los componentes del corredor, con una entrega total estimada para finales de 2026.
En la troncal de la carrera Séptima, contemplada dentro del llamado “corredor verde”, el avance físico de obra es del 0%. Aunque su proceso licitatorio comenzó en 2023, la administración de Carlos Fernando Galán revocó en 2024 los contratos de los dos primeros tramos. La decisión se argumentó en los riesgos de movilidad por la simultaneidad de obras con las avenidas 68 y Ciudad de Cali.
El informe también recoge percepciones ciudadanas sobre las obras del metro y sus impactos. Entre las inquietudes mencionadas por 44 personas ante el Concejo Distrital se destacan afectaciones en movilidad, acumulación de residuos, reducción de rutas del SITP, calles oscuras, dependencia de bicitaxis, impactos en el comercio tradicional y preocupación por la pérdida del tejido social.
En zonas como la avenida Primero de Mayo se reportaron daños estructurales en viviendas, por los cuales el Distrito se comprometió a intervenir, según las actas suscritas con las familias afectadas. Además, hay reportes de problemas ambientales por aguas residuales, inundaciones y contaminación, así como incertidumbre sobre la continuidad de algunos servicios públicos.
A pesar del panorama, el avance total de la primera línea del metro se mantiene dentro del cronograma para iniciar operaciones el 15 de marzo de 2028. Bogotá Cómo Vamos advierte que, aunque algunos retrasos pueden atribuirse a causas externas, “la ciudad no puede resignarse a esta realidad” y enfatiza en que ninguna de las troncales ha cumplido con los tiempos inicialmente contratados.