El Quinto Senado de lo Penal del Tribunal Regional Superior de Frankfurt condenó al ciudadano sirio Alaa M., de 40 años, a cadena perpetua por múltiples crímenes de lesa humanidad, crímenes de guerra contra personas y asesinato. El tribunal también determinó la especial gravedad de la culpa y ordenó su reclusión en detención preventiva una vez cumplida la pena principal.
Tras 188 días de juicio, el tribunal concluyó que Alaa M. fue responsable de diez casos de crímenes de lesa humanidad, incluyendo el asesinato de dos personas y la tortura de otras ocho, dos de las cuales también fueron víctimas de intentos de privación de su capacidad reproductiva. Uno de los casos se calificó además como asesinato, y otros tres como crímenes de guerra contra personas.
Los hechos ocurrieron entre 2011 y 2012, cuando el acusado ejercía como médico civil en un hospital militar y en una prisión de los servicios de inteligencia militar en Homs, Siria. Allí, según las pruebas, causó graves daños físicos a detenidos opositores al régimen de Bashar al-Assad, y provocó intencionalmente la muerte de dos de ellos.
El tribunal documentó casos en los que el acusado roció con alcohol desinfectante los genitales de las víctimas, entre ellas, un menor de 14 o 15 años, y les prendió fuego. También golpeó a pacientes con catéteres o con el puño, estranguló genitales, y realizó una intervención quirúrgica sin anestesia a un paciente con fractura femoral.
Uno de los pacientes, epiléptico y con antecedentes de convulsiones, fue obligado a ingerir una pastilla letal por el acusado, lo que provocó su muerte. En otro caso, participó en golpizas a un prisionero colgado de una cuerda y posteriormente le quemó el brazo con alcohol. Como estos hay otros casos.
Según el fallo, todos estos actos formaban parte de un ataque sistemático y generalizado del régimen sirio contra su población civil desde el inicio de la Primavera Árabe. El acusado, seguidor de Assad, buscaba castigar a opositores reales o supuestos, y obtenía placer al infligirles sufrimiento.
En esta misma línea la condena se basó en el testimonio de más de 50 testigos, incluyendo excolegas del hospital militar y víctimas directas. También se presentaron cientos de documentos, peritajes forenses y lingüísticos. Alaa M. negó los cargos
El tribunal impuso la cadena perpetua como una pena acumulativa, que abarca todas las conductas delictivas probadas. La especial gravedad de la culpa se fundamenta en el número y duración de los crímenes, así como en el abuso de su posición médica.
Además, se ordenó su ingreso en detención preventiva al considerarse un riesgo para la sociedad, respaldado por un informe psiquiátrico que identificó tendencias sádicas y alta probabilidad de reincidencia. La defensa aún puede presentar recurso ante el Tribunal Federal de Justicia. Mientras tanto, se mantiene vigente la orden de prisión preventiva, vigente desde el 20 de junio de 2020.
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