Aunque junio es usualmente el mes de transición hacia la temporada seca en el Valle de Aburrá, el comportamiento del clima sigue marcado por lluvias ocasionales, aisladas y de alta intensidad. Así lo señala el boletín número 039 del proyecto SIATA, que advierte sobre la influencia de fenómenos atmosféricos como las Ondas del Este y la temporada de huracanes en el Atlántico.
Las Ondas del Este, corrientes de aire originadas en África que se desplazan hacia el occidente, transportan humedad e interactúan con la Zona de Confluencia Intertropical. Aunque su trayectoria principal se concentra en el Caribe, también alcanzan el interior del país, incluyendo el Valle de Aburrá.
A esto se suma la temporada de huracanes del Atlántico, que altera los patrones de viento y aumenta la humedad atmosférica, generando condiciones favorables para lluvias esporádicas en el territorio metropolitano.
“Si bien estamos entrando en un periodo con menor frecuencia de lluvias, no debemos bajar la guardia. La atmósfera se mantiene dinámica y fenómenos como las Ondas del Este o la temporada de huracanes pueden generar precipitaciones inesperadas. Por eso, continuamos monitoreando las condiciones en tiempo real y ponemos a disposición las capacidades del proyecto para anticipar riesgos, informar oportunamente y apoyar la toma de decisiones”, afirmó Daniel Ruiz Carrascal, coordinador del SIATA.
La entidad advirtió que los suelos aún permanecen saturados tras la primera temporada de lluvias, lo que podría facilitar la ocurrencia de deslizamientos, inundaciones y avenidas torrenciales. A su vez, el incremento de días secos y calurosos podría aumentar el riesgo de incendios de cobertura vegetal, escasez de agua y episodios de estrés térmico.