La dirigencia de Atlético Nacional parece haber aprendido la lección: no quieren volver a caer en el error de contratar por urgencia o sin un norte claro. Tras la etapa de Javier Gandolfi, que dejó más dudas que certezas, el club busca estabilidad, y la respuesta parece haber estado siempre en casa.
Aunque Diego Arias asumió el mando de forma interina tras la salida del técnico argentino, su gestión logró algo que los nombres rutilantes no pudieron: ganarse el respaldo absoluto de la directiva. Si bien es cierto que el equipo mostró algunas falencias en los cuadrangulares, el balance general sugiere que, con un proyecto estructurado y tiempo de trabajo, el joven estratega tiene mucho más para ofrecer.
El camerino está de su lado; los jugadores creen en su idea y la directiva valora su conocimiento de la idiosincrasia verdolaga. Aunque un sector de la hinchada aún observa el proceso con cautela, en las oficinas del club prima una idea: contratar a un nuevo técnico sería volver a empezar de cero, un lujo que el equipo no se puede permitir en este momento.
El contexto actual obliga a los clubes colombianos a ser pragmáticos. Competir de igual a igual en la Copa Libertadores ante el poderío económico de los clubes brasileños es una utopía financiera. Por ello, el proyecto liderado por Arias tiene un objetivo más realista pero ambicioso: la Copa Sudamericana. El «Rey de Copas» apunta a volver a ser protagonista en el continente, priorizando un proceso sólido sobre la inversión desmedida.
La confirmación de Arias como técnico en propiedad es cuestión de horas. Con los refuerzos prácticamente cerrados, el club daría inicio oficial a un ciclo deportivo encabezado por un referente que, en su etapa como jugador, levantó más de 10 trofeos, incluyendo la histórica Copa Libertadores de 2016.
Pese a que Nacional sumó dos títulos este año (Superliga y Copa), la ausencia de la estrella de Liga sigue siendo una deuda pendiente. Arias deberá gestionar la presión constante de una hinchada que exige ampliar la ventaja histórica sobre sus rivales, pero cuenta con una ventaja competitiva: meses de trabajo acumulado que servirán de cimiento para su etapa oficial como timonel verdolaga.
