El segundo aniversario del ataque de Hamás contra Israel, ocurrido el 7 de octubre de 2023, fue conmemorado en Colombia con una jornada de movilizaciones que generó polémica y fuertes reacciones.
Mientras grupos ciudadanos y organizaciones afines a la causa palestina salieron a las calles de Bogotá y otras ciudades, la Confederación de Comunidades Judías de Colombia (Ccjc) expresó su rechazo a las manifestaciones, señalando que algunas de ellas coincidieron con la fecha en la que fueron asesinadas más de 1.300 personas en Israel.
Marcos Peckel, presidente de la Ccjc, publicó un mensaje en su cuenta de X recordando el ataque al festival de música Nova, donde murieron 370 jóvenes a manos de Hamás. “A 370 de ellos los acribillaron a tiros los terroristas de Hamás el 7 de octubre de 2023 y a decenas se los llevaron secuestrados a Gaza. ¿Es eso lo que están celebrando? ¿Para eso es su música?”, escribió el dirigente. En declaraciones a NTN24, Peckel señaló que la fecha debía ser de memoria y no de confrontación política.
La Confederación de Comunidades Judías también emitió un comunicado de agradecimiento a quienes expresaron su solidaridad con el pueblo judío. En el texto, la organización reafirmó su compromiso con la memoria de las víctimas y rechazó cualquier acto que pudiera interpretarse como apología de la violencia.
En simultáneo, colectivos y agrupaciones palestinas en Colombia realizaron marchas y concentraciones en distintos puntos de Bogotá, entre ellos la Embajada de Israel. Según el comunicado de la Comunidad Palestina en Colombia, las movilizaciones buscaban visibilizar la crisis humanitaria en Gaza y expresar apoyo a la población civil afectada por la guerra.
Aunque la mayoría de las manifestaciones se desarrollaron de manera pacífica, la jornada terminó con varios incidentes. Uno de los más graves se presentó frente a una iglesia cristiana, donde un grupo de manifestantes encapuchados causó daños a la fachada, pintó grafitis y lanzó objetos.
Testigos relataron que cerca de 200 personas rodearon el templo y gritaron consignas mientras los feligreses permanecían dentro del recinto. La Policía llegó al lugar después de que los manifestantes se dispersaran.
El secretario de Seguridad de Bogotá, César Restrepo, condenó los actos vandálicos y pidió sanciones para los responsables. En declaraciones recientes, afirmó que los convocantes de las marchas deben asumir la responsabilidad por los daños causados. “Las ciudades no pueden ser escenario de destrucción; estas jornadas afectan a miles de personas que no participan en las manifestaciones”, señaló.
Por su parte, el secretario de Gobierno, Gustavo Quintero, informó que cerca de 4.500 personas participaron en las movilizaciones desde 15 puntos de la ciudad. Confirmó afectaciones a establecimientos comerciales, buses del sistema de transporte y mobiliario público, además de agresiones a una iglesia cristiana. “Respetamos la protesta pacífica, pero rechazamos la violencia y las acciones que ponen en riesgo la integridad de los ciudadanos”, indicó.
Las autoridades locales anunciaron que revisarán los sistemas de videovigilancia y fortalecerán la coordinación con la Policía para evitar nuevos incidentes durante futuras manifestaciones. Mientras tanto, la comunidad judía insistió en que el 7 de octubre debe ser un día de memoria para las víctimas, y no de confrontación ni actos violentos.