El desarrollo de textiles capaces de detectar enfermedades, brindar biomonitoreo, rehabilitación, telemedicina, teleasistencia, ergonomía y estar al servicio de la medicina deportiva es lo que pronto se convertirá en un elemento más de nuestro vestier.
En occidente, el 80% de nuestro cuerpo está cubierto de tela. En otros lugares y otras culturas hasta el 100%. Desde que nacemos estamos en contacto con el vestuario, con una sábana, cobijas, almohadas, abrigos, capas, en fin, un sin número de telas cuya misión es protegernos y entregar información acerca de nosotros, pues por la forma de vestir detectamos profesiones, gustos, aficiones, posiciones políticas, religión y hasta jerarquías dentro de la sociedad.
Desde un tiempo para acá los científicos han querido darle un uso adicional a la tela, desarrollando fibras inteligentes que pueden ser monitores constantes del cuerpo y nuestra salud y se extienden a usos tan amplios como saber nuestros niveles de estrés, posición geográfica, monitorear el sistema cardíaco, ser un mini laboratorio químico o realizar un seguimiento continuo y no notorio de la salud en general.
Según Rita Paradiso, directora de Investigación y Desarrollo de Smartex, institución italiana líder en Europa en el tema de la funcionalidad, “este tipo de proyectos requiere la interacción de ingenieros de hardware, ingenieros de software, manufactureros de textiles, diseñadores industriales, expertos en medicina y proveedores de servicios de salud. Ellos están trabajando para sacar adelante hilos y fibras funcionales utilizados para hacer prendas donde propiedades eléctricas y computacionales son combinadas con características mecánicas tradicionales, haciendo surgir plataformas textiles que son comparables con telas utilizadas normalmente para producir ropa”.
A nuestro servicio
Estas investigaciones ayudan en estudios de electrocardiografía, electroencefalografía, electromiografía y electrooculografía.
Según la señora Paradiso, en Europa existen dos proyectos que trabajan en el desarrollo de fibras inteligentes para todos estos fines: MyHeart y Biotex. La primera se dedica al monitoreo cardíaco para cuatro tipos de personas: personas saludables, personas en riesgo, personas después de un evento y personas con enfermedades crónicas.
Biotex busca desarrollo dedicado a técnicas sensoriales biomecánicas compatibles con la integración al textil. Mediante sensores textiles bioquímicos se busca monitorear fluidos corporales. Estos aparatos están distribuidos en un sustrato textil. Son Pequeños parches incrustados en la tela y que pueden analizar una gota de sudor y entregar una evaluación del equilibrio bioquímico del cuerpo.
“Entre las técnicas de tejido, la más efectiva y apropiada para monitorear estas aplicaciones es la tecnología de tejido sin costura, que puede generar prensas muy elásticas, adherentes y cómodas. Una de las aplicaciones más interesantes es el uso de los textiles inteligentes es llevarnos a un estilo de vida más saludable. Hoy más y más personas se están enfrentando problemas como sobrepeso, inactividad, dificultades con el sueño y estrés. El potencial de ésta es proveer soluciones innovadoras para lidiar con problemas de sueño, estrés, inactividad y síndrome metabólico”, afirma la experta Paradiso.
Muchos de estos datos recogidos por las prendas se integran con modernas tecnologías de comunicación, como los sistemas Bluetooth y Wi-Fi y en el futuro cercano con el sistema celular GSM y módems GPS (Global Positioning System), para, por ejemplo, identificar la situación geográfica del paciente y ofrecerle una atención más rápida. Todo esto a través de una prenda que puede decir mucho más que informar si somos hinchas de un equipo de fútbol, seguidores de una tendencia musical o trabajadores de una empresa.
De esta manera no es nada raro que en el futuro próximo en lugar de ir al médico o al laboratorio para realizarnos un examen, simplemente entremos a nuestro vestuario y seleccionemos la “ropa” adecuada.