La mañana de hoy jueves, cerca de las cinco de la mañana hora colombiana, el humo negro volvió a salir de la chimenea de la Capilla Sixtina, indicando al mundo que los cardenales reunidos en cónclave no han llegado aún a un acuerdo para elegir al nuevo Papa. De acuerdo con las reglas del cónclave, la fumata negra señala que ninguna de las votaciones realizadas ha alcanzado los dos tercios necesarios para consagrar un sucesor de Pedro.
Mientras tanto, la expectativa crece en el mundo católico y entre los miles de fieles que se congregan en la Plaza de San Pedro, bajo un clima de incertidumbre y esperanza. Las imágenes transmitidas desde el Vaticano muestran a peregrinos y turistas atentos a cada señal del humo, que representa la única comunicación oficial hacia el exterior mientras se mantiene el aislamiento total dentro de la Capilla Sixtina.
En los pasillos del Vaticano, según reportes de medios internacionales, los cardenales no electores, aquellos mayores de 80 años que no participan directamente en la votación, comentan que ya existen algunos nombres sobre los que se habían llegado a preacuerdos informales. Estos nombres, aunque no se han revelado públicamente, podrían consolidarse en las próximas votaciones de hoy o, a más tardar, mañana. Sin embargo, esas son solo versiones extraoficiales. La única verdad verificable está en lo que ocurre a puertas cerradas dentro de la Capilla Sixtina, donde los cardenales electores deliberan bajo estrictas normas de secreto.
El protocolo del cónclave establece que se realizan hasta cuatro votaciones por día, dos en la mañana y dos en la tarde, y que solo cuando alguno de los candidatos alcanza los votos requeridos, se anuncia al mundo mediante la fumata blanca, acompañada del tradicional “habemus papam” desde el balcón de la Basílica de San Pedro.
Por ahora, los católicos del mundo deben seguir esperando, mientras en los buses y estancias del Vaticano circulan rumores y conjeturas. Las miradas siguen puestas en Roma, donde las próximas horas podrían ser decisivas para la Iglesia Católica, que enfrenta no solo la elección de su líder espiritual, sino también el reto de renovar su misión frente a los desafíos globales actuales.
