martes, diciembre 16, 2025
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Seguridad del espacio aéreo cerca de Venezuela se sigue deteriorando. Nueva advertencia de Estados Unidos

Estados Unidos volvió a encender las alertas sobre la seguridad aérea en el entorno de Venezuela y el sur del Caribe. A través de la Administración Federal de Aviación (FAA, por sus siglas en inglés), el Gobierno estadounidense emitió un nuevo aviso dirigido a las principales aerolíneas comerciales, en el que advierte que las condiciones de seguridad en esa región continúan deteriorándose y que persiste una elevada actividad militar que representa riesgos potenciales para la aviación civil.

El aviso, conocido como NOTAM, estará vigente hasta el próximo 19 de febrero y señala que las amenazas podrían afectar a las aeronaves “a todas las altitudes”, no solo durante el aterrizaje o despegue, sino también durante el simple sobrevuelo del espacio aéreo venezolano y zonas cercanas del Caribe. La FAA subraya que los riesgos incluyen operaciones militares, sistemas de defensa aérea activos y escenarios de alta tensión que podrían comprometer la seguridad de vuelos comerciales y de carga.

La advertencia no es un hecho aislado. En los últimos meses, Estados Unidos ha reforzado su lenguaje y sus recomendaciones frente al uso del espacio aéreo cercano a Venezuela, en medio de un contexto geopolítico cada vez más complejo. Desde 2019, Washington mantiene restricciones severas para sus aerolíneas en relación con vuelos hacia o sobre Venezuela, y ha reiterado que la falta de coordinación civil-militar, sumada al deterioro de los sistemas de control aéreo del país, incrementa los riesgos operacionales.

En el Caribe, la situación se ha visto marcada por un aumento de ejercicios militares, patrullajes navales y operaciones de vigilancia aérea, tanto de Estados Unidos como de países aliados. Estas acciones han sido justificadas por Washington como parte de sus esfuerzos de seguridad regional, lucha contra el narcotráfico y control de rutas ilegales, especialmente aquellas que, según las autoridades estadounidenses, estarían vinculadas al llamado “Cartel de los Soles”, una estructura que el Gobierno de Estados Unidos asocia con altos mandos del régimen venezolano y actividades de narcotráfico internacional.

En paralelo, el endurecimiento del discurso político y diplomático contra el Gobierno de Nicolás Maduro ha contribuido a elevar la percepción de riesgo. Funcionarios estadounidenses han reiterado en distintos escenarios que no descartan nuevas medidas de presión contra el régimen venezolano, incluidas sanciones adicionales y acciones coordinadas con otros países. Este ambiente de tensión, según expertos en seguridad aérea, incrementa la probabilidad de incidentes no intencionales que puedan afectar a la aviación civil, especialmente en zonas donde confluyen rutas comerciales y operaciones militares.

Hace unos días JetBlue, notificó a la FAA, un incidente que pidió ser investigado luego que uno de sus aviones se atravesaba el Caribe cerca a Venezuela vía a Curazao, estuvo cerca de un Caza F-18, que mantenía sus sistemas electrónicos de detección y radar apagados, lo que generó, preocupación y sorpresa en la tripulación que debió hacer maniobras para evitar chocar en el aire. Si bien, JetBlue alzó su voz de protesta y pidió una investigación, esta nueva advertencia puede interpretarse como respuesta a la aerolínea.

Las aerolíneas internacionales han venido ajustando sus planes de vuelo para evitar el espacio aéreo venezolano desde hace varios años, con énfasis especial en las últimas semanas; optando por rutas alternativas que, aunque más largas y costosas, reducen los riesgos asociados. La nueva alerta de la FAA refuerza esa tendencia y sirve como recordatorio de que la evaluación de seguridad debe ser permanente, incluso para vuelos que no tengan como destino final Venezuela, pero que atraviesen el Caribe cercano a sus costas.

La FAA ha insistido en que estas advertencias no responden a eventos puntuales, sino a un análisis continuo del entorno regional. El organismo subraya que la combinación de inestabilidad política, presencia militar activa y limitaciones en infraestructura aeronáutica crea un escenario complejo que exige máxima precaución por parte de las compañías aéreas y de los operadores de vuelo.

En este contexto, la alerta hasta febrero se suma a una serie de comunicados previos que buscan minimizar cualquier riesgo para la aviación civil en una de las regiones más sensibles del continente. Mientras persista la tensión política y militar en torno a Venezuela, el espacio aéreo del sur del Caribe seguirá bajo estricta vigilancia y sujeto a recomendaciones especiales por parte de las autoridades aeronáuticas internacionales.

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