Cada 28 de diciembre, en Colombia y otros países de América Latina, el Día de los Santos Inocentes vuelve a marcar la agenda social y digital con bromas que se repiten año tras año y que ya hacen parte de una tradición cultural ampliamente reconocida. De acuerdo con análisis de comportamiento social identificados por sistemas de inteligencia artificial, estas prácticas se concentran en escenarios familiares, laborales, mediáticos y, cada vez más, en plataformas digitales.
En el ámbito cotidiano, las bromas más frecuentes siguen siendo las de engaño verbal. Historias falsas contadas con tono serio, anuncios de visitas inexistentes o afirmaciones exageradas que buscan ser creídas por unos segundos continúan siendo parte del repertorio. Al final, la frase “caíste por inocente” suele marcar el cierre de la broma, reforzando el carácter simbólico de la fecha.
En entornos familiares y de amistad, persisten bromas simples como cambiar ingredientes en la cocina, esconder objetos personales o entregar regalos envueltos que no corresponden a lo esperado. Estas acciones suelen realizarse en espacios de confianza y están diseñadas para generar sorpresa momentánea sin consecuencias posteriores.
Los medios de comunicación también participan activamente de esta tradición. Es común la publicación de noticias ficticias por un día, titulares llamativos o anuncios imposibles que, tras captar la atención del público, son aclarados como parte de la conmemoración del 28 de diciembre. Este tipo de contenidos suele difundirse con advertencias posteriores para evitar confusiones prolongadas.
En el entorno digital, las redes sociales concentran una gran parte de las bromas actuales. Estados falsos sobre viajes, cambios laborales, compromisos personales o decisiones drásticas se multiplican durante la jornada. A esto se suman cambios temporales en fotos de perfil, nombres de usuario y la circulación de memes alusivos a los “inocentes”. También son frecuentes las cadenas de mensajes que aparentan ser serias y concluyen revelando la broma.
De acuerdo con los patrones identificados por la inteligencia artificial, las bromas que tienen mayor aceptación social son aquellas que cumplen con ciertas características: son breves, fáciles de revertir, no implican humillación y no generan miedo, pérdidas económicas ni afectaciones emocionales. Por el contrario, las bromas que provocan alarma, desinformación grave o daños a la reputación suelen ser rechazadas y generan críticas.
Aunque el formato ha evolucionado con el uso de nuevas tecnologías y plataformas, el sentido del Día de los Santos Inocentes se mantiene. Las bromas del 28 de diciembre continúan siendo una manifestación cultural que combina tradición, creatividad y humor, adaptándose a los códigos de cada época y a los límites sociales actuales.
