El Partido Conservador enfrenta un nuevo episodio de controversia interna tras la decisión del Directorio Nacional de extender, por tercera ocasión, el plazo para la inscripción de precandidatos presidenciales. La fecha límite, que inicialmente estaba fijada para el 10 de noviembre y luego fue prorrogada al 1 de diciembre, fue ahora trasladada hasta el 10 de diciembre, lo que ha intensificado el desacuerdo entre distintos sectores de la colectividad.
La ampliación del plazo ha generado inconformidad entre algunos de los aspirantes ya inscritos, quienes consideran que los constantes cambios en el cronograma alteran el proceso de selección del candidato. La medida también ha sido interpretada por otros dirigentes como un movimiento orientado a facilitar la entrada de nuevos actores al proceso interno, en un momento en que el partido atraviesa un debate sobre la identidad del proyecto que presentará en las próximas elecciones.
Hasta el momento, han oficializado su inscripción tres figuras con trayectoria dentro de la organización política: el senador Efraín Cepeda, el exministro Rubén Darío Lizarralde y la representante Juana Carolina Londoño. Los tres cuentan con militancia prolongada en el Conservatismo y se han mantenido dentro de la estructura del partido durante distintos gobiernos y ciclos electorales.
Sin embargo, la principal expectativa dentro de la colectividad se centra en la posible participación del excontralor Carlos Felipe Córdoba, quien no pertenece al Partido Conservador pero evalúa si solicitar el aval para competir en el proceso presidencial. Su eventual aspiración ha sido mencionada desde hace varias semanas y se convirtió en un punto de discusión luego de que 12 integrantes del Directorio Nacional enviaran una carta expresando su respaldo a la posibilidad de que Córdoba ingrese a la contienda.
Esa comunicación, enviada durante la segunda prórroga del plazo, provocó una fractura interna que se ha hecho más evidente con la nueva extensión anunciada por el Directorio. Para algunos sectores, la carta representó una señal de apoyo anticipado hacia un aspirante externo que aún no define su participación. Para otros, se trató de un llamado a considerar todas las alternativas posibles antes de cerrar el proceso.
La discusión en curso ha llevado a que diversos miembros del partido planteen la necesidad de establecer reglas claras y definitivas para el mecanismo de selección presidencial. Por ahora, el Directorio mantiene en firme la fecha del 10 de diciembre como nueva jornada límite, mientras los precandidatos inscritos continúan desarrollando sus actividades políticas y el partido ajusta su calendario interno.
La colectividad permanece a la espera de si el excontralor Córdoba tomará una decisión antes del cierre de inscripciones, mientras los inscritos buscan consolidar sus apoyos en un escenario interno marcado por la extensión reiterada de los plazos y por el debate sobre el rumbo que tomará el Conservatismo en el proceso electoral que se aproxima.
