La situación de orden público en Colombia sigue deteriorándose. En los últimos días, y particularmente este fin de semana, se han registrado graves hechos de violencia que han generado un amplio rechazo nacional, especialmente por el asesinato de nueve militares en el departamento del Guaviare a manos de las disidencias de las FARC.
El hecho fue confirmado por la propia estructura criminal Jorge Suárez Briceño, liderada por alias Calarcá, la cual reconoció a través de un comunicado su responsabilidad en el ataque contra un pelotón del Batallón de Infantería N.°19 Joaquín París, perteneciente a la Brigada 22 del Ejército Nacional. Además del asesinato de los soldados, el grupo armado ilegal informó que mantiene secuestrados a cinco oficiales más.
Cabe recordar que el ataque se produjo mientras las tropas cumplían labores de protección a excombatientes desmovilizados en el marco del proceso de paz de 2016, específicamente durante un desplazamiento desde la antigua Área de Capacitación y Reincorporación (AETCR) de Charras hacia San José del Guaviare.
Ante la gravedad del hecho, el presidente Gustavo Petro se pronunció en sus redes sociales, expresando su rechazo y ordenando una investigación:
“Una comisión independiente debe examinar de inmediato las circunstancias del ataque al Ejército en el Guaviare, examinando los contenidos de la decisión de disminuir el cese al fuego, que se tomó con los frentes bajo órdenes de Calarcá”, señaló.
El mandatario agregó: “Soy responsable de la vida de cada joven que hay en la Fuerza Pública, y quiero que todos regresen sanos y salvos a sus familias, porque este gobierno es un gobierno construido alrededor de la vida, su defensa y proyección. En Colombia nadie debe morir por manos de otros”.
El Ejército Nacional, por su parte, informó que se ordenó un despliegue de tropas para reforzar la zona y garantizar la seguridad tras el ataque. Así lo confirmó también el comandante del Ejército Nacional, general Luis Emilio Cardozo, quien en entrevista con un medio nacional calificó el hecho como “una grave violación de los acuerdos de cese al fuego por parte de las disidencias de las FARC”.
Con estos hechos se demuestra la ruptura del compromiso de un proceso de paz, dado que esta organización llevaba 826 días sin confrontaciones con la Fuerza Pública, así lo indicó el General.
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