La posible adhesión de Colombia a la Iniciativa de la Franja y la Ruta, promovida por la República Popular China, ha generado reacciones en el sector exportador. La Asociación Nacional de Comercio Exterior (Analdex) solicitó al Gobierno Nacional explicaciones detalladas sobre las condiciones, alcances y consecuencias de esta decisión.
El presidente de Analdex, Javier Díaz, en una entrevista reciente, señaló que el gremio ha sido notificado sobre la intención de sumarse al proyecto, pero no ha participado en espacios de concertación ni ha recibido información técnica sobre el contenido del acuerdo.
“Nos han notificado, no nos han convocado. Vamos a adherir a la iniciativa, pero no sabemos eso cómo se come, qué implica”, indicó.
Díaz comparó el proceso actual con lo que fue la negociación del Tratado de Libre Comercio (TLC) con Estados Unidos, que incluyó mesas técnicas y una preparación institucional y sectorial previa. En contraste, aseguró que el eventual ingreso a la Ruta de la Seda carece de estrategia comercial definida por parte del Ejecutivo.
Según Díaz, Colombia mantiene una relación comercial con China basada en la exportación de materias primas como petróleo, carbón y níquel, mientras que las importaciones chinas a Colombia incluyen productos manufacturados con alto valor agregado. La estructura de esta relación, añadió, podría acentuarse si no se establecen mecanismos de defensa comercial efectivos.
Uno de los riesgos señalados por Analdex tiene que ver con la capacidad del país para aplicar normas antidumping o investigar subsidios a las exportaciones desde China, dado que las condiciones de transparencia y acceso a la información no son las mismas que con otros socios comerciales. Como ejemplo, citó los tratados firmados por Chile y Perú, que han enfrentado obstáculos para obtener documentación que respalde denuncias por competencia desleal.
En términos de balanza comercial, el dirigente gremial advirtió que Colombia mantiene un déficit superior a los 14 mil millones de dólares con China, lo que, en su opinión, demanda una evaluación técnica antes de avanzar en nuevos compromisos. Además, planteó dudas sobre la capacidad exportadora del país para abastecer un mercado de más de 1.400 millones de consumidores.
En cuanto a los hábitos de consumo en China, Díaz aseguró que se requieren estudios específicos sobre las preferencias del mercado, logística de exportación y requisitos sanitarios para acceder a ese destino. Afirmó que, sin una estrategia nacional de agroindustria y sin resolver barreras internas, el país no estaría en capacidad de aprovechar los beneficios de un tratado comercial con el país asiático.
La postura del Gobierno frente a esta iniciativa ha coincidido con un periodo de tensiones geopolíticas entre Estados Unidos y China. A pesar de advertencias del expresidente estadounidense Donald Trump sobre los efectos de la expansión de la influencia china en América Latina, el presidente Gustavo Petro ha manifestado públicamente que Colombia se adherirá a la Ruta de la Seda.
Díaz sugirió que la eventual vinculación de Colombia al proyecto chino debería estar respaldada por un tratado comercial formal, que permita reducir aranceles y garantizar condiciones de acceso efectivo a los productos colombianos. “Necesitamos un acuerdo que nos baje los aranceles para vender en China, pero que nos garantice acceso, que nos abra puertas reales”, expresó.
Este pronunciamiento se da al conocerse que este jueves 8 de mayo de 2025, el Gobierno nacional, a través de la Cancillería, convocara una sesión extraordinaria de la Comisión Asesora de Relaciones Exteriores con un único tema en el orden del día: el “Memorando de Entendimiento entre el Gobierno de la República de Colombia y el Gobierno de la República Popular China sobre Cooperación de la Franja Económica de la Ruta de la Seda y la Iniciativa de la Ruta Marítima de la Seda del Siglo XXI”.
La Ruta de la Seda moderna, liderada por China desde 2013, ha sido presentada por el gobierno de Xi Jinping como una plataforma de cooperación internacional centrada en el desarrollo de infraestructura, comercio e inversión.
No obstante, como lo ha venido documentando IFMNOTICIAS desde hace meses, esta iniciativa ha sido duramente cuestionada por organismos internacionales, analistas económicos y gobiernos que han denunciado que se trata de una forma de “colonialismo económico” disfrazado de cooperación.
En una nota publicada por IFMNOTICIAS el 7 de noviembre de 2024, titulada La “Ruta de la Seda” Moderna: El plan de China para atraparse a los mercados y economías de países en desarrollo, llegó a Colombia, se advirtió sobre los riesgos de esta adhesión.
Uno de los aspectos más polémicos de la BRI ha sido el endeudamiento de países receptores, que luego terminan cediendo infraestructura estratégica al control chino. Sri Lanka, por ejemplo, tuvo que entregar el puerto de Hambantota a una empresa estatal china tras no poder pagar sus deudas, en un contrato de arrendamiento de 99 años.
Aunque Colombia ya ha dado los primeros pasos de acercamiento con esta iniciativa, esta sería la primera vez que el gobierno nacional abre la puerta a una adhesión formal mediante la firma de un memorando interestatal.
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