Luego de conocerse la renuncia del ministro de Justicia, Eduardo Montealegre, y difundirse una carta en la que manifestó que presentaba su renuncia irrevocable por su “profunda indignación” ante lo que calificó como un prevaricato del Tribunal de Bogotá al “absolver a un criminal de guerra y corrupto: Álvaro Uribe Vélez”, diversas reacciones se generaron en el ámbito político.
Una de las primeras en pronunciarse fue la senadora Paloma Valencia, quien a través de un video publicado en su cuenta de X preguntó a sus seguidores si ya habían visto “la buena noticia de que se había caído el malévolo Montealegre”, en alusión a la salida del funcionario del Gobierno.
“Lo tumbamos con el solo anuncio de la moción de censura, porque es un tipo tan malévolo que el Congreso lo iba a sacar, el Senado de la República lo iba a poner de paticas en la calle, le tocó renunciar, ¿así o más bonito?”, aseguró Valencia.

Por otra parte, la senadora Angélica Lozano publicó un mensaje dirigido a Montealegre en el que le advirtió que no se debía jugar con la Carta Política. “La Constitución no es un juego”, afirmó, recordando la propuesta de una asamblea constituyente presentada recientemente por el presidente Gustavo Petro, cuyo borrador estaba a cargo del ahora exministro de Justicia.
La concejal de Bogotá Sandra Forero señaló que la precandidata presidencial Claudia López y Montealegre estaban guiados por el mismo sentimiento de odio. “El talante antidemocrático es un rasgo del petrismo y de la izquierda oportunista. Ella reniega del fallo que absolvió a Álvaro Uribe. Él renuncia atacando al Tribunal que lo dictó”, expresó, agregando que ese sectarismo es lo que la izquierda pretende profundizar en 2026.
El representante a la Cámara por Bogotá Andrés Forero, del Centro Democrático, reaccionó diciendo: “La intempestiva salida de Montealegre es muy simbólica: deja claro que la constituyente chavista de Petro nació muerta”.
En el mismo sentido, el congresista Hernán Cadavid se refirió a la carta de renuncia afirmando que “otra vez Uribe es la excusa de todos los mediocres. Cero resultados de Eduardo Montealegre como ministro de Justicia. Solo saben contratar, cobrar y difamar”. Añadió que, con la salida de Montealegre, ya son 56 ministros los que han abandonado este “nefasto desgobierno”.

En la misiva en la que comunicó su renuncia irrevocable, Eduardo Montealegre escribió además que, en su calidad de víctima del expresidente Álvaro Uribe, debía retomar el ejercicio de sus derechos para, según expresó, “impedir que sus actos queden en la impunidad”.
Aseguró que esto implica acudir a tribunales internacionales para clamar por el fin de lo que llamó una violencia sistemática contra el pueblo humilde y trabajador. En este sentido, manifestó que era “predecible que la Corte Suprema, cooptada por el verdugo de la justicia que en el pasado la ultrajó y doblegó, lo absuelva”. Añadió también que “la Fiscalía General de la Nación no actuará para sancionar los delitos de lesa humanidad de El Aro y La Granja cometidos por Uribe, ni las vinculaciones suyas y de su familia con el paramilitarismo. Uribe es el amo de la justicia, y ella, como esclava, se inclina sumisa ante su inmenso poder”, escribió el exfuncionario del gobierno Petro.
Por otra parte, y dejando de lado el caso del expresidente Uribe —absuelto recientemente por el Tribunal Superior de Bogotá—, Montealegre protagonizó junto al procurador Gregorio Eljach una fuerte disputa. El exministro de Justicia acusó a Eljach de prevaricato y enriquecimiento ilícito, mientras que el procurador lo indagó por posible participación indebida en política e intervención irregular en asuntos judiciales.
Finalmente, en su carta, Montealegre dejó entrever la tensión que se vive al interior de la Casa de Nariño, donde incluso denunció lo que llamó “fuego amigo”. Señaló que el presidente Gustavo Petro era “un hombre ético, como diría Borges, honesto”, pero advirtió que “mucha de su gente no lo es”. Concluyó su mensaje con una frase dirigida al mandatario: “Cuídese mucho: en Palacio hay traidores que acechan con dagas peligrosas. Un abrazo”, finalizó Montealegre.








