Una protesta se registró frente al Palacio Apostólico en El Vaticano, solicitando al Papa León XIV, su intervención para acabar con las corridas de toros en todo el mundo. De acuerdo con la información, la manifestación fue adelantada por la organización animalista PETA (People for the Ethical Treatment of Animals)
La manifestación incluyó una serie de proyecciones en la fachada del Palacio Apostólico, y se podían leer mensajes como «200 mil católicos ruegan que termines con los toros» y «Las corridas de toros son pecado».
Además, las proyecciones incluyeron representaciones gráficas que mostraban a figuras religiosas, como Jesús y la Virgen María, en escenas emotivas y simbólicas. En una de las escenas, se veía a Jesús interrumpiendo una corrida de toros al ponerse entre el animal y el torero, mientras que en otra, la Virgen María aparecía llorando junto a un toro herido.
A medida que el debate sobre la tauromaquia continúa en diferentes partes del mundo, el llamado de PETA frente al Vaticano tenía como objetivo reforzar la discusión sobre la ética de esta práctica y su futuro en las sociedades modernas.