El pasado 28 de enero, aterrizó en el Aeropuerto Internacional El Dorado de Bogotá el primer vuelo con deportados colombianos, trasladados desde Estados Unidos por la Fuerza Aérea Colombiana (FAC).
Este acontecimiento se produce dos días después de un tenso episodio diplomático, cuando el presidente Gustavo Petro impidió el aterrizaje en el país de dos vuelos provenientes del Gobierno estadounidense. La negativa se basó en la denuncia de que los repatriados no estaban recibiendo un trato digno, lo que desató una grave crisis entre ambos países, aunque esta ya ha sido resuelta.
El mandatario colombiano, al anticipar la llegada del avión, publicó fotografías tomadas dentro de la aeronave de la FAC, en las que se observan a los colombianos deportados en su camino de regreso a casa. El vuelo transportó a un total de 110 connacionales, quienes fueron repatriados en cumplimiento de los protocolos establecidos para garantizar un retorno digno y con el respeto de sus derechos humanos.
La Cancillería de Colombia emitió un comunicado este lunes, en el que expresó que el Gobierno dispuso de aviones de la Fuerza Aérea para asegurar que estos deportados regresaran a su país “cumpliendo los protocolos establecidos para el retorno digno y con garantía de derechos a los connacionales que llegan en vuelos de deportación”. De acuerdo con el comunicado, este operativo se realizó en el marco de una cooperación bilateral y con el compromiso de proteger la dignidad de los ciudadanos colombianos.
El regreso de los deportados marca un hito en medio de una tensa relación diplomática, y pone de manifiesto los esfuerzos del gobierno colombiano para asegurar un trato humano y respetuoso hacia sus nacionales en el contexto de las deportaciones internacionales.
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