Un panorama desolador dejó el paso del huracán Melissa por Jamaica, fenómeno que el Gobierno declaró como “zona catastrófica” tras la magnitud de los daños ocasionados. El poderoso huracán, que alcanzó vientos sostenidos de hasta 295 kilómetros por hora, provocó lluvias torrenciales, marejadas violentas y dejó al menos nueve personas muertas en el Caribe: tres en Jamaica, tres en Haití, dos en Panamá y una en República Dominicana.
De acuerdo con el Centro Nacional de Huracanes de Estados Unidos, el ojo del huracán impactó la isla a las 12:02 del mediodía, hora local, en el distrito de Westmoreland, una región costera del suroeste de Jamaica que limita con Saint Elizabeth. El organismo meteorológico calificó el fenómeno como “uno de los impactos de huracán más potentes registrados en la cuenca del Atlántico”, según citó el medio alemán DW.
Durante las primeras horas posteriores al impacto, las redes sociales se llenaron de videos y fotografías que mostraban la magnitud del desastre: viviendas completamente destruidas, vehículos arrastrados por las inundaciones, postes eléctricos colapsados y calles convertidas en ríos.
Es de indicar que las autoridades reportaron cortes de energía generalizados, especialmente en los distritos del sur y occidente del país, mientras los equipos de emergencia trabajan para restablecer los servicios básicos. Es decir, que el 70% de la isla quedó sin energía eléctrica.
Ante la gravedad de la situación, el primer ministro Andrew Holness declaró “zona catastrófica” en todo el territorio jamaicano, medida que otorga facultades extraordinarias al Ejecutivo para coordinar las labores de emergencia y canalizar recursos inmediatos hacia la atención de las comunidades afectadas.
El ministro de Gobierno Local y Desarrollo Comunitario, Desmond McKenzie, informó que alrededor de 6.000 personas permanecen en refugios habilitados en distintos puntos de la isla, aunque se estima que más de 50.000 podrían resultar desplazadas por los efectos del huracán. Las autoridades mantienen la alerta máxima por posibles deslizamientos de tierra e inundaciones súbitas, especialmente en zonas montañosas y costeras del suroeste del país.
Equipos de rescate y unidades del Ejército jamaicano continúan desplegados en las zonas más golpeadas, donde se reportan severos daños en viviendas, carreteras y redes eléctricas. El Gobierno hizo un llamado a la comunidad internacional para recibir apoyo humanitario y asistencia técnica ante la magnitud de la catástrofe.
Anne-Claire Fontan, portavoz de la Organización Meteorológica Mundial (OMM), advirtió que Melissa “será la tormenta del siglo para Jamaica” y que su impacto en Westmoreland y Saint Elizabeth “demuestra el poder destructivo de los huracanes de categoría máxima”.
Expertos aseguraron que con el paso de Melissa, Jamaica enfrenta una de las peores emergencias climáticas de su historia reciente, mientras avanza en las labores de rescate y reconstrucción de su territorio devastado.



 
 




