Insolidaridad, así fue catalogada la actitud del Gobierno Nacional este domingo cuando se llevó a cabo el denominado “Concierto de la Esperanza” en la Plaza de Bolívar, en medio de una creciente controversia por su realización, apenas horas después del atentado contra el senador Miguel Uribe. El evento, organizado por sectores afines al Pacto Histórico y promovido por el Sistema de Medios Públicos RTVC, se desarrolló pese a los llamados de distintos sectores políticos y sociales que solicitaban su aplazamiento por respeto a la situación de orden público.
Entre quienes pidieron la suspensión del acto se encontraba el alcalde de Bogotá, Carlos Fernando Galán, quien expresó su preocupación por el impacto que una concentración masiva podría tener en un contexto de inestabilidad. También se sumaron voces de otros líderes de la capital y representantes del Congreso, quienes apelaron a un gesto de solidaridad ante lo que calificaron como un momento sensible para la democracia y la seguridad ciudadana.
El gerente de RTVC, Holman Morris, uno de los promotores del evento, no emitió declaraciones públicas sobre las solicitudes de suspensión. El concierto se llevó a cabo según lo previsto, con presencia multitudinaria en el centro de Bogotá y sin alteraciones reportadas en materia de orden público durante su desarrollo.
No obstante, el evento fue cuestionado por sectores opositores y ciudadanos en redes sociales, quienes interpretaron su realización como un acto insensible frente al atentado que dejó heridas profundas en el clima político nacional. Para algunos, el momento requería señales de unidad institucional y prudencia.
Desde el Gobierno Nacional no se emitieron pronunciamientos oficiales sobre el mantenimiento del concierto, ni sobre el uso de recursos públicos en su organización. Según fuentes de RTVC, el evento había sido planeado con antelación como parte de una estrategia cultural para promover la reconciliación y la participación ciudadana, aunque el contexto reciente cambió la percepción pública de la iniciativa.
La discusión sobre la pertinencia del acto continúa abierta, mientras avanzan las investigaciones sobre los responsables del ataque contra Miguel Uribe y se refuerzan medidas de seguridad en Bogotá.