En las últimas horas, se conoció que Andrés Felipe Marín Silva, conocido como alias Pipe Tuluá, será extraditado a los Estados Unidos, donde deberá comparecer ante la justicia por tres cargos relacionados con actividades de narcotráfico.
El presidente Gustavo Petro dio luz verde para la extradición, decisión que fue oficializada tras el estudio de la solicitud judicial emitida por autoridades estadounidenses, que investigan la presunta participación del señalado cabecilla en operaciones de distribución y envío de cocaína.
Alias Pipe Tuluá es identificado como líder de la organización delincuencial La Inmaculada, estructura con presencia en el municipio de Tuluá y señalada por diferentes hechos delictivos. Este grupo ha sido mencionado en escenarios de diálogo exploratorio con el Gobierno nacional, que busca avanzar en conversaciones orientadas a reducir la violencia en diversas regiones del país. No obstante, el proceso judicial en curso en Estados Unidos continúa de manera independiente a las iniciativas de negociación.
La extradición de Marín Silva se sustenta en una acusación formal registrada en el caso número 4:24-CR-195 SDJ/BD, emitida el 11 de septiembre de 2024 por la Corte Distrital de los Estados Unidos para el Distrito Este de Texas. En el documento se detallan tres cargos que, según la justicia estadounidense, comprometen directamente al investigado con la comercialización y tráfico de cocaína. Los delitos atribuidos se enmarcan en actividades de distribución, posesión y fabricación de sustancias ilícitas.
El primero de los cargos señala que alias Pipe Tuluá habría participado en un concierto para distribuir y poseer cocaína con intención de distribuirla. Según la acusación, esta conducta se relacionaría con acciones coordinadas para facilitar el movimiento de la sustancia en diferentes etapas de su transporte.
El segundo cargo indica un concierto para traficar y distribuir cocaína con la intención, a sabiendas y con motivos para creer, de que la sustancia sería importada ilícitamente hacia los Estados Unidos. Este proceso hace parte de las investigaciones que adelantan las autoridades estadounidenses sobre redes que operan desde Colombia y otros países con el propósito de ingresar estupefacientes en su territorio.
El tercer cargo lo vincula con la fabricación y distribución de cinco kilogramos o más de cocaína, también bajo el supuesto conocimiento o motivos razonables para creer que la droga sería enviada sin autorización legal a los Estados Unidos. Este tipo de acusaciones suele estar acompañado de pruebas recolectadas en el marco de operaciones transnacionales, aunque los detalles específicos del caso no fueron divulgados por las autoridades colombianas.
Tras la firma de la extradición por parte del presidente Petro, la responsabilidad sobre el traslado de Marín Silva queda en manos de las entidades correspondientes, que deberán coordinar con las autoridades estadounidenses los procedimientos logísticos y de seguridad para su entrega. El proceso se adelanta de acuerdo con los tratados vigentes entre ambos países, que establecen los mecanismos para la cooperación judicial en casos de narcotráfico y delitos conexos.
La organización La Inmaculada ha sido objeto de diferentes operativos en los últimos años y su impacto en zonas urbanas y rurales ha motivado investigaciones por parte de organismos nacionales e internacionales. La extradición de uno de sus presuntos líderes se enmarca en los esfuerzos de cooperación judicial entre Colombia y los Estados Unidos, orientados a contrarrestar actividades vinculadas al tráfico de drogas.
Con la decisión oficializada, alias Pipe Tuluá deberá comparecer ante la Corte del Distrito Este de Texas para enfrentar los delitos que le fueron imputados.








